El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo junto a la Organización de Estados Americanos entregaron un informe que revela los desafíos y el déficit de la democracia en Chile y América Latina.
América Latina es la región más insegura y con mayor desigualdad del mundo. Así se desprende del informe Nuestra Democracia, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en conjunto con la OEA.
El informe revela 3 ejes preocupantes para el futuro desarrollo democrático de la región.
En primer lugar, la crisis de la representación. En este sentido, el desencanto lleva al 53% de la población chilena a concebir una democracia sin partidos.
En segundo lugar, la debilidad del Estado que no cuenta con poder político real.
Y en tercer lugar, como lo explica Dante Caputo, Asesor Especial de la OEA, un excesivo presidencialismo, lo que lleva a repúblicas truncas.
El ministro secretario General de la Presidencia, Cristian Larroulet, comentó los principales resultados del estudio, indicando que se necesita un cambio de una sociedad de pitutos, a una sociedad de esfuerzos.
En tanto, el director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas, Heraldo Muñoz, la desigualdad debe ser una prioridad política para todos los gobiernos.
Para contrarrestar estas falencias, el informe plantea crear una nueva fiscalización que corrija las deficiencias de los sistemas tributarios, buscar un rol más activo del Estado y eliminar el populismo punitivo, que sólo lleva a llenar las cárceles en América Latina y el Caribe.