Cuando el público aún estaba molesto al quedar disconformes con la presentación de Sting, Ricardo Meruane salió al escenario convencido de hacer reir a la Quinta Vergara. En 25 minutos fue bajado del escenario, en medio de un incontenible abucheo.
Saludando repetidamente al público y visiblemente nervioso, el humorista dedicó los primeros instantes a referirse a Sting como la causa del malestar del público. Así era, pero con el paso de los minutos la gente arremetió directamente contra Meruane.
Las pausas eran eternas y los chistes no le ayudaban mucho. Gritos en coro como “Que se vaya pa’ la casa” y “Fuera” llevaron a que los organizadores dieran fin a la rutina con la música de cortina. Meruane entendió que debía retirarse: “Disculpen por la interrupción”, dijo.
El cómico fue enfático en afirmar que dio todo para poder revertir el humor del público, el cual, fue imposible de domar:
En el intermedio, Ricardo Meruane dijo que la rutina “está probada en todo Chile” y no supo por qué acá no funcionó. Respecto a los nervios señaló que “era una tensión mínima” y que el público sólo tenía una predisposición a rechazarlo. Afirmó que cualquier artista que se subiese tras la presentación de Sting habría sido pifeado.
EL nivel de euforia del público fue tal que incluso, agregó el humorista, el monstruo exigió la salida de Rafael Araneda, por otro animador. “Antonio, Antonio…” se escuchó desde las graderías.
Meruane se manifestó tranquilo por su presentación, desligándose de toda responsabilidad por el fracaso y aseguró que no tuvo opción de presentar su humor político dado que lo retiraron del escenario en mitad de su show.
Finalizó sus palabras de buen humor diciendo: “Anótenme para el próximo año, porque me quedaron tres cuartos de rutina”.