Una de las cosas que -casi- nunca se cuestionan es el daño que producen las grasas trans. Es la eterna lucha entre la comida chatarra contra la denominada comida sana, pero estas grasas ¿podrían dañar algo más que el corazón?.
Las grasas trans, además de hacernos ganar kilos y “taponear” nuestras arterias, pueden causarnos depresión.
El periódico electrónico ABC citó un estudio que segura que la ingestión de grasas trans y saturadas aumentan el riesgo de sufrir esta patología. Mientras que en la vereda del frente, el aceite de oliva, nos protegería de la depresión.
Se llegó a estas conclusiones luego de realizar un seguimiento de la dieta, estilo de vida y enfermedades de 12 mil 59 voluntarios a lo largo de 6 años. Al final del estudio se detectaron 657 casos de depresión.
“El riesgo de sufrir depresión se incrementaba en un 48% comparado con los participantes que no ingerían este tipo de grasas“, explica Almudena Sánchez-Villegas, profesora asociada de Medicina Preventiva de la Universidad de Las Palmas, y coautora del estudio. “Además, cuanto más se consumen, mayor es el efecto nocivo“, añade la experta.
Con respecto a las propiedades del aceite de oliva se señaló que “descubrimos que este tipo de grasas saludables, junto con el aceite de oliva, se asocian con un menor riesgo de sufrir depresión”