El gobierno argentino aprobó este viernes un nuevo protocolo de seguridad aeroportuaria para el control de aviones en todas las terminales aéreas del país, tras la requisa en Barcelona de 944 kg de cocaína ocultos en un jet privado que había partido de Buenos Aires.
“Somos el Estado Nacional y no podemos permitir grietas en los controles”, dijo la ministra de Seguridad, Nilda Garré al formular el anuncio del nuevo protocolo diseñado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
El nuevo protocolo apunta a mejorar los controles en vuelos comerciales no regulares y de aviación general, principalmente los privados y los denominados ‘taxis aéreos’.
Garré presidió la reunión del Comité Nacional de Seguridad Aeroportuaria donde se aprobaron las nuevas medidas que suponen una mejora en la planificación de acciones y coordinación entre organismos públicos con responsabilidad en el control aéreo.
“Pido que seamos severos en los controles porque tenemos que aspirar a los objetivos máximos, no debemos ser benevolentes con nadie”, dijo la ministra.
La iniciativa se produce en medio de las investigaciones que realiza la justicia argentina y la de España por la droga hallada en el avión que arribó a Barcelona el 2 de enero, cuyos tres ocupantes, hijos de ex altos jefes de la Fuerza Aérea Argentina, permanecen arrestados en España.
El caso provocó el desplazamiento del jefe militar de la base aérea de la ciudad de Morón (periferia oeste) donde estuvo el jet privado antes de su partida a Barcelona, y donde se sospecha pudo haber sido cargada la droga.
Dieciocho militares de esa base fueron citados por la justicia argentina en calidad de testigos y comenzaron a prestar declaración esta semana.
El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, respaldó a la Fuerza Aérea Argentina al asegurar que “no está involucrada” en el caso.
Sin embargo anticipó que el gobierno “está atento a ser lo más severo con cualquier tipo de responsabilidad que pudiera haber en cualquier hombre de la Fuerza Aérea”.