¿Cuántas veces compraste una hamburguesa y al verla te sentiste engañado(a), porque la imagen que aparecía en la publicidad era mucho más “apetitosa”?, probablemente muchas. Una de esas tantas personas “estafadas” por el negocio de la comida rápida, el fotógrafo profesional Dario Dinatale, quiso graficar esta situación de la mejor forma posible: con imágenes comparativas.
“Fui a algunos lugares de comida rápida -no diré ‘restaurantes’, simplemente ‘lugares’-, y compré hamburguesas y tacos, para compararlos con los anuncios” dice Darío en su investigación publicada en Alphaila.com.
Luego, llevó los alimentos a su estudio de fotografía y trató de que todo coincidiera con las imágenes de los anuncios. Para esto se fijó en aspectos como la luz y los ángulos, entre otras. Además usó un fondo verde para después poder juntar las imágenes de ambos bocadillos gracias a un programa de edición digital.
Una vez realizado el proceso anterior, lo primero que llama la atención es que evidentemente en la vida la real las hamburguesas y demás alimentos ni siquiera se asemejan a lo que nos muestran los anuncios. La carne no es tan jugosa, el queso no es de tan buena calidad, la lechuga no es tan verde y el pan no es tan fresco.
Por otro lado, se puede observar que no sólo el aspecto es mucho peor, sino que el tamaño ni siquiera se asemeja, pues si esta comida fuese del tamaño de la que aparece en los carteles, ni siquiera cabría en las cajas de cartón.
Si bien esto es algo que la mayoría suponía, verlo de esta forma evidencia la abismante diferencia y al engaño al que estamos sometidos a diario, y que por cierto, generalmente aceptamos.
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