Imagen: Alessandro Reginato (CC)

Imagen: Alessandro Reginato (CC)

La semana entre Pascua y Año Nuevo es como el limbo. Es como estar deambulando en tierra de nadie, porque uno esta en el medio de la nada. Claro, porque son los días posteriores a la fecha más consumista pero a la vez más amorosa, y anteriores a la fecha del fin de los días, del fin de los problemas y del inicio de una nueva era.

Llegada esta fecha no puedo sacarme de la mente una historia relacionada con los que ya no están, los que están a punto de irse y los que se fueron en una fecha como esta.

Permítanme… contarles la historia del Conserje de Valparaíso.

Me remonto a 15 años atrás, en Santiago. Era un matrimonio con dos hijos. Los niños, en edad de volar del nido, deciden radicarse en España. El hombre le había enseñado a conducir a su esposa hacía pocos meses.

24 de diciembre. 15:00 hrs.
- Amor, voy a Melipilla a comprar algunas cosas que faltan para la cena y aprovecho de llamar a los niños a España, te amo.

24 de diciembre. 18:00 hrs.
- ¿Aló?, ¿tío?
- Sí.
- Tío, la tía tuvo un accidente en la carretera, lo necesitan allá.
- ¡Pero llévenla al hospital!…

19:00 hrs.
- Señor, su esposa tuvo un accidente y se necesita que vaya al lugar.
- Perfecto, voy en camino (¿cómo no la llevan al hospital?, qué inoperancia).

20:00 hrs. Ruta a Melipilla Accidente – Carabineros – Bomberos – No hay ambulancias.
Se acerca un Carabinero.
(Cómo tanto que aún no llegue la ambulancia…)

- Señor, ¿usted conoce a la señora?
- Sí, es mi esposa
- Lo siento mucho…

Frase lapidaria. Hasta ese momento el hombre no reaccionaba y seguía pensando en llevar a su esposa, con la que compartió tantos años a un hospital, sin entender o asimilar que bajo esa lona azul, yacía el cuerpo de ella inerte, tras haber chocado con la barrera de contención.

Pasaron los años, 5 para ser exactos, y volvió a casarse.

Noviembre 20. 14:00 hrs.
Noticiero de medio día en la televisión.
Un conductor de la locomoción colectiva perdió el control del microbús y se estrelló contra un paradero. Fallecieron 2 personas.

En las imágenes se podía apreciar las marcas de la frenada, la máquina incrustada en una muralla y bajo dos lonas azules, dos cuerpos; uno de ellos la esposa del mismo hombre, del conserje. Faltaba un mes y días para Navidad. El único indicio por el que pudo reconocerla fueron las bolsas que ella misma había confeccionado para ir de compras.

De eso han pasado 10 años. El hombre se vino a Valparaíso. Trabaja de noche en un estacionamiento y duerme de día. El fin de semana trabaja en un edificio como conserje.

Días antes de Navidad me contó su historia. Me dijo que después de las dos pérdidas no volvió usar el comedor ni el living. Comía en la cocina, solo. Tiene cortinas oscuras, no le gusta la luz. Ni menos hablar de celebrar estas fiestas. Pero este año tenía pensado celebrarse, solo, como ha estado todos estos años.

Hoy, cuando fui a guardar el auto, estaba ahí.

- Felicidades – le dije, con un cierto sentimiento de pena, de compasión.
- Gracias – me contestó con un semblante distinto al que le había visto antes.

Nos paramos bajo un árbol iluminado de luces blancas pequeñitas que a la distancia parecían luciérnagas (de esas que ya casi no quedan en Chile).

- Sabe -me dijo- Celebré Navidad. Compré una carnecita, compré un mantel, saqué unas luces viejas, abrí las cortinas y por primera vez en 10 años ocupé el comedor. Se sintió bien – recalcó. Llegó un sobrino y un amigo y me acompañaron un rato. Después, a lo caballero, me tomé un traguito y empecé a encontrar rara la casa tan iluminada, pero todo bien.

- ¿Mucha nostalgia amigo?
- Claro -respondió- sobre todo cuando en la radio escuché una canción que le gustaba a mi primera señora. Esa que dice que si está lejos de los amigos, de la familia, que vaya pa’ la casa. No ve que cuando los niños se fueron a España ella se sentía así, como en esa canción.

No fui capaz de preguntar nada más. Llegué a la Radio a hacer mi turno y me encerré en el estudio escuchando a Luis Aguilé en “Ven a mi Casa esta Navidad”.

Tú que estás lejos de tus amigos
de tu tierra y de tu hogar
y tienes pena, pena en el alma
porque no dejas de pensar.
Tú que esta noche no puedes, dejar de recordar
quiero que sepas que aquí en mi mesa para ti tengo un lugar.

Por eso y muchas cosas más
ven a mi casa esta Navidad
por eso y muchas cosas más
ven a mi casa esta Navidad

Tú que recuerdas quizá a tu madre
o a un hijo que no está
quiero que sepas que en esta noche, él te acompañará.
No vayas solo por esas calles queriéndote aturdir,
ven con nosotros y a nuestro lado intenta sonreír.

Por eso y muchas cosas más
ven a mi casa esta Navidad
por eso y muchas cosas más
ven a mi casa esta Navidad…