La Iglesia Católica anunció este jueves la próxima excarcelación de dos cubanos, considerados presos políticos por la oposición, con los que sumarán 56 los liberados que han aceptado viajar a España en un proceso gradual.
Un breve comunicado del Azobispado de La Habana dijo que se trata de Miguel Vidal, condenado en 2003 a 15 años de cárcel bajo cargos de violencia y “terrorismo”, y Héctor Larroque, condenado a 22 años en el 2000 por intento de salida ilegal del país y tenencia de armas, entre otros delitos.
Según fuentes de la disidencia, Vidal abandonó Cuba ilegalmente y llegó a una nación caribeña, donde intentó secuestrar una embarcación para viajar a Estados Unidos. Detenido por guardacostas norteamericanos, fue repatriado a Cuba y entregado a las autoridades.
Larroque, de 33 años, fue detenido cuando intentó secuestrar una embarcación militar con otras personas.
“Es sorprendente para nosotros que sigan excarcelando presos que incluso han usado la violencia como estos dos, y no los presos de conciencia que aún permanecen el prisión”, dijo a la AFP Elizardo Sánchez, portavoz de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Esos dos presos no forman parte de los 52 disidentes que restaban en prisión de los 75 condenados en 2003, los cuales el Gobierno decidió liberar tras un diálogo con la Iglesia iniciado el 19 de mayo pasado.
De ese grupo restan 11 en prisión que han manifestado su deseo de permanecer en la isla, 40 han viajado a España con sus familiares y uno permanece libre en Cuba.
“Sobre los presos he dicho muchas veces que hay una promesa formal (del gobierno) de que todos serán liberados”, dijo el lunes el cardenal Jaime Ortega a la prensa, al término de un concierto en la Catedral de La Habana, durante el cual dio a conocer su mensaje de Navidad.
Monseñor Ortega oficiará una misa navideña el viernes en el Combinado del Este, la mayor prisión de Cuba, entre ellos dos de los 11 que esperan ser excarcelados y permanecer en Cuba.
“Será un apoyo espiritual, que haga una misa ahí dará fuerza a los presos, les reafirmará que no están solos. No hemos perdido la esperanza, aunque la liberación de los prisioneros políticos no depende del cardenal, sino del gobierno”, dijo Bertha Soler, del grupo Damas de Blanco, esposas de opositores encarcelados.