El Gobierno estadounidense inició una gran red nacional de espionaje para colectar datos de sus ciudadanos tras los atentados del 11 de setiembre de 2001, aseguró el lunes el diario The Washington Post.
La red está integrada por agentes del FBI, policías locales, oficinas estatales de seguridad interior e investigadores de la policía militar, indica el periódico.
El objetivo es colectar, almacenar y analizar información sobre miles de residentes y ciudadanos estadounidenses, muchos de los cuales jamás fueron acusados de ningún delito, añade.
Según el informe de The Washington Post, la red incluye 4.058 organizaciones federales, estatales y locales, de las cuales al menos 935 fueron creadas después de los atentados del 11 de setiembre. Todas tienen responsabilidades y jurisdicciones en la lucha antiterrorista.
El diario añade que el costo de la red de espionaje es difícil de evaluar, pero el Departamento de Seguridad Interior otorga desde 2003 subsidios por 31.000 millones de dólares destinados a gobiernos locales y estatales para seguridad interior y para mejorar su capacidad en el combate al terrorismo.