El Blog de Pato Yáñez

 

Otra vez la falta de regularidad estrecha un campeonato que hace tres semanas muchos daban por cerrado. En especial cuando Colo Colo batió a Universidad Católica y le sacaba seis puntos a Universidad de Chile y siete a los cruzados. Allí, en lugar de asomar la tranquilidad que tenía a los albos en la cima del certamen, las dudas de apoderaron del equipo de Diego Cagna y la cuenta de ahorro se terminó.

El sábado en Macul Santiago Morning explotó todos los defectos de Colo Colo cuando el once popular perdió a Rodrigo Meléndez. El volante era la aduana en el campo de juego al equilibrar el mediocampo y ayudando en labores defensivas, las que no supieron cumplir Rodrigo Millar o Lucas Wilchez.

Sus falencias permitieron establecer en la visita dos líneas muy ordenadas de cuatro jugadores, que estaban bastante concentrados, tal como les pidió Fernando Díaz -de buena campaña con los microbuseros- en el descanso, ubicando en el centro al “patrón” Fidencio Oviedo y a externos con muchísima proyección (Juan José Ribera y Michael Rios) que se encargaron de ganarle las espaldas a los adelantados José Pedro Fuenzalida y Matías Quiroga, para alimentar a Sergio Comba y Pablo Calandria.

anfp.cl

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Una vez más, la desesperación cundió en las huestes colocolinas tras la apertura de la cuenta, nacida de un balón por alto: Calandria aparece entre los dos centrales y aprovecha una horrorosa salida de Prieto, que sumó su tercer gol en línea mediante golpe de cabeza.

El tanto inicial hizo que Colo Colo saliera a atacar sin mayores ideas, agrupando elementos en ofensiva (hasta siete en los últimos diez minutos) y buscando la igualdad con muchas ganas y poco fútbol, pese a contar con cuatro “armadores”.

Lo anterior confirmaba lo que decíamos que los albos estaban perdiendo aceite, lo actual hace pensar en que el cuadro de Cagna tiene riesgo de fundirse con las consecuencias que puede traer al cierre de la temporada.

La Universidad de Chile recupera la confianza

Universidad de Chile recobró la confianza ante un San Luis que tuvo durante buena parte del campeonato once individualidades y no un equipo.

Algo que ratificó el sábado con los arrestos individuales de Patricio Pérez y Alves, como también los errores al definir de Joel Soto y en la defensa a la hora de salir, donde un claro ejemplo fue el tercer gol de la “U”: pérdida de balón en mediocampo, pase de Rivarola a Bueno y el atacante marca, o al momento de marcar las bandas, donde pocas veces Nelson Pinto tuvo tanta tranquilidad para acomodarse y centrar en el segundo tanto azul, lo que significa el descenso del cuadro quillotano.

Pero ojo, la recuperación azul es anímica, ya que necesita la mejor de sus versiones para superar a Universidad Católica el domingo en Ñuñoa. Marino debe definir si juega pegado al volante de contención y arranca mejor desde atrás o derechamente, lo ubica Gerardo Pelusso como volante de armado, con el riesgo implícito de que el argentino sea escaso aporte en el centro del campo.

Diego Rivarola, Carlos Bueno, Felipe Seymour y Mauricio Victorino son otros de los jugadores que deberán ser factores de diferencia ante los cruzados.

En la parte baja, Everton desperdició una chance clarísima de dejar a Ñublense en Liguiila de Promoción, tras igualar en un pobre 0-0 ante O’Higgins, un cuadro que se quedó muy lejos de aquel que supo sorprender a Universidad de Chile en el Nacional. Los ruleteros prefirieron conformarse con el empate y no atacar, pese a que los locales estaban con diez elementos y dejaban flancos libres para el contragolpe.

La emoción de la Primera B

Párrafo aparte para la Primera B: La emoción del certamen con la victoria del solidísimo Iquique, conjunto que se mostró recién en el octogonal final como candidato, 2-1 sobre Antofagasta con tiro en el travesaño de últma hora para la visita incluido.

Junto con el hecho de convocar multitudes superiores a las de varios partidos de Primera División, con 10 mil personas en el norte, que superan las poco más de 7 mil que llegaron a San Carlos de Apoquindo, los 6 mil que vieron Wanderers – Ñublense o los mil que presenciaron Palestino – Audax.

Destacando el que existan 5 equipos en 3 puntos, cuando restan 9 unidades por jugar para alcanzar un lugar entre los que ascienden o juegan Liguilla. Acá, como en la Serie A, el cuadro que sepa mantener la tranquilidad y sepa cómo ganar los partidos bravos acompañará a un Municipal Iquique que encontró la regularidad en las instancias finales, algo que debiesen rescatar en la máxima categoría.