Mientras las chilenas luchan desesperadamente por ser delgadas y alcanzar la figura ideal, en Europa y otras pasarelas del mundo cada vez se valora más a la mujer real. Esa que tiene algunos “kilitos de más” y físicamente no es perfecta, pero que derrocha sensualidad.
Un claro ejemplo de esta tendencia son las llamadas modelos “XL”, las que sin ser talla 36 ó 38 han irrumpido fuertemente en el mundo de la moda, transformándose en musas inspiradoras de connotados diseñadores, como Jean Paul Gaultier.
Con un busto pronunciado, caderas anchas y uno que otro “rollito”, estas mujeres deslumbran con su desplante y belleza natural, sin tener que pasar hambre o estar acomplejándose por no tener el abdomen plano o una cintura de avispa. En lugar de lamentarse, ellas aprendieron a aceptarse tal cual son y sacar partido de sus cualidades.
Crystal Renn es una de ellas. Esta joven modelo estadounidense lleva con orgullo sus 75 kilos de peso, aunque no siempre fue así. También tuvo un periodo oscuro durante su primera incursión en las pasarelas, en el que cayó en la anorexia en su afán por ser “perfecta”. Sin embargo logró despertar de ese mal sueño, se reconcilió con sus curvas y hoy es una de las maniquíes talla grande más exitosas del mundo.
Y es que da lo mismo si eres delgada o rellenita, porque la belleza no es sólo un conjunto de atributos físicos que se ajustan a los parámetros establecidos. Las medidas o el color de ojos no hacen atractiva a una mujer, sino que es su mirada, su forma de caminar, su sentido del humor, su espontaneidad, su actitud ante la vida, su inteligencia, su seguridad y confianza, entre otras cosas.
Es más, incluso hace algún tiempo, un estudio de la Universidad Metropolitana de Londres, demostró que los británicos preferían a las mujeres 100% naturales. El rollito, el rostro sin maquillaje, los pies descalzos y los pechos naturales, fueron algunas de las cosas de “ellas” que los hombres calificaron como muy sexy.
Así que ojo, no pierdas el tiempo pensando en tus defectos. Sácale partido a tus encantos y aprende a quererte, que así otros te querrán.