La estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) de Honduras anunció que decidirá el miércoles si suspende la generación de la principal central hidroeléctrica del país, cuya represa está rebosada por las intensas lluvias, lo que implicaría imponer racionamiento.
El gerente de la ENEE, Roberto Martínez, dijo en cadena de radio y televisión el domingo por la noche que “de conformidad con los pronósticos de lluvias, (la represa) El Cajón podría superar el nivel 290,2 metros sobre el nivel del mar para el miércoles, situación que, de presentarse, nos obligaría a suspender temporalmente la generación de energía en las cuatro turbinas”.
Advirtió que “si este escenario llegara a suceder, se programarían racionamientos moderados (apagones) en algunos sectores del país”.
La represa de 92 km2, situada en la zona de Santa Cruz de Yojoa, 170 km al norte de la capital, ha sido sometida a cuatro descargas de agua controladas para mantener un nivel que le permita seguir operable.
Pero las descargas fueron suspendidas el sábado por temor a causar inundaciones en poblados del valle de Sula, pues el agua cae en el caudaloso río Ulúa que llegó a desbordarse en la zona de El Progreso, 240 km al norte de la capital, de donde evacuaron a cientos de personas.
La severidad de las lluvias caídas (antes y durante el paso de la tormenta tropical Matthew, el viernes y sábado) y las pronosticadas en la cuenca del río Ulúa, “no permite una quinta operación de descarga planificada en el proyecto hidroeléctrico El Cajón”, indicó Martínez.
En una intervención en Canal 5 de la televisión, Martínez afirmó: “No queremos llegar a ahogar gente en el valle” de Sula y destacó que “nunca había llovido tanto ni cuando el Mitch”, el devastador huracán de 1998.
“Si no paramos la turbinas unos cuatro días tendríamos que paralizarla para toda la vida (porque se dañarían) y eso sería una catástrofe”, subrayó.
Por su parte, el jefe de la estatal Comisión Permanente de Contingencias, Lisandro Rosales, anunció también en cadena de radio y televisión que se “mantiene la alerta roja, hasta que las condiciones meteorológicas mejoren y no representen peligro para nadie”.