Francia confirmó el viernes que está dispuesta a “entrar en contacto” con Al Qaida, que reivindicó el secuestro de siete personas, entre ellas cinco franceses, en la región africana del Sahel, y descartó por el momento lanzar una operación militar de rescate.
“Por supuesto, las autoridades francesas están dispuestas a entablar contacto en cualquier momento”, dijo el almirante Edouard Guillaud a la radio francesa Europe 1.
“La única dificultad que tenemos es que, como de costumbre en este tipo de asuntos, son los secuestradores quienes controlan los tiempos”, agregó Guillaud.
Cinco franceses, un togolés y un malgache, en su mayoría empleados del grupo nuclear francés Areva y de Satom, subcontratista de la constructora francesa Vinci, fueron secuestrados en la región minera de Arlit, 1.000 km al noreste de Niamey en sus domicilios y de madrugada.
El secuetro fue reivindicado el martes por Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) que precisó que posteriormente presentaría sus “demandas legítimas” a Francia, que de su lado autenticó la reivindicación.
En este momento “la intervención militar no está en el orden del día”, dijo el jefe militar francés.
“Por ahora colocamos la situación en la urgencia, como en cada toma de rehenes y las fuerzas militares están presentes en apoyo a nuestra diplomacia”, agregó el almirante.
El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, había abierto la puerta el jueves a una forma negociación con el grupo islamista que reivindicó el secuestro de las siete personas en el norte de Níger, al declarar que Francia espera “poder entrar en contacto con Al Qaida”.
“La opción militar sigue siendo una posibilidad aunque en el momento en que le hablo, la vida de los rehenes no está directamente amenazada. Por lo tanto esperamos tener un canal de comunicación”, subrayó Guillaud.
El jefe del estado mayor aclaró que Francia no está “para nada dispuesta a ceder (ante los secuestrados) en cualquier circunstancia”.
“Francia, como otros países, lo ha mostrado en anteriores ocasiones”, añadió el almirante Guillaud, que recordó la opinión del presidente francés Nicolas Sarkozy acerca de que el pago de rescates no es una estrategia duradera.
No obstante, el militar dijo que “todo depende de las circunstancias”.
Francia privilegió la vía de la negociación directa o indirecta en el caso del rehén francés Pierre Camatte, secuestrado en Mali y liberado a fines de febrero por el AQMI que obtuvo a cambio la liberación de cuatro islamistas detenidos en Bamako.
Pero según las autoridades francesas ese camino no fue posible en el caso de Michel Germaneau, secuestrado en Níger, y cuya ejecución fue anunciada el 25 de julio por el AQMI en represalia a una intervención militar franco-mauritana en Mali durante la cual murieron siete yihadistas.
Entonces, el primer ministro francés, Francois Fillon, afirmaba que Francia estaba “en guerra contra Al Qaida”.
El jefe del estado mayor francés afirmó el viernes que los rehenes fueron llevados a Mali.
“Por lo que sabemos están con vida”, afirmó, antes de indicar que las fuerzas armadas franceses trabajan para “establecer una cartografía de la zona, de una superficie seis veces más grande que la de Francia”.
En cuanto al secuestro de tres marinos franceses en un buque frente a las cistas de Nigeria, Guillaud dijo que se trata de un acto de “piratería tribal y mafiosa”.
El jefe castrense se declaró optimista sobre una “esperanza razonable” de liberación “antes de Navidad” de los dos periodistas franceses secuestrados en Afganistán desde diciembre de 2009, con quienes las autoridades franceses pudieron hablar por teléfono.