Tropas de de 17 países, entre ellos España, Estados Unidos y Francia que en el pasado invadieron a México, participaron este jueves en el desfile militar que cerró el festejo del bicentenario de la independencia mexicana, que incluyó una revista aérea y saltos de paracaídas.
La parada comenzó con el vuelo de aviones supersónicos F-5, que lanzaron chorros de colores para formar la bandera mexicana, mientras el presidente Felipe Calderón pasaba revista a las tropas en la plaza del Zócalo.
La presencia de 600 militares extranjeros causó sorpresa a miles de mexicanos que se apostaron a lo largo del recorrido de 8 km y que por primera vez veían ondear en un desfile patrio banderas de otras naciones y uniformes variados.
El congreso debió expedir apresuradamente la semana pasada la autorización para el ingreso de estos militares con armas. Es la segunda ocasión en que se confiere un permiso de este tipo en México desde 1910.
Entre las tropas invitadas estaban representaciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Perú y Venezuela.
El desfile fue abierto por paracaidistas cayeron sobre la céntrica plaza del Zócalo, frente a la tribuna presidencial, dando inicio a un recorrido por la historia de los ejércitos que ha tenido México incluyendo los campesinos que hicieron la revolución de 1910 y las “Adelitas”, los contingentes femeninos que los apoyaron.
En total 114 aeronaves participaron en la revista aérea. Entre ellos reproducciones de los aviones Stearman, con su pintoresco color amarillo y del Escuadrón 201 con el que México tuvo una mínima intervención en la Segunda Guerra Mundial.
Asimismo, helicópteros Blackhawk se posaron sobre el centro del Zócalo, para permitir el descenso de hombres en sogas, utilizados en la lucha contra el narcotráfico.