“¿Es peligroso este hombre?”, “¿Es así de incapaz?” o “El gamberro de la República” son algunos de los titulares dirigidos en las últimas semanas contra el presidente francés, Nicolas Sarkozy, unas críticas a la altura de los elogios de antaño, según los expertos.
Las revistas francesas, en primera línea, no se han contenido a la hora de atacar al jefe del Estado, que atraviesa un momento muy difícil de su mandato con fuertes críticas de buena parte de la opinión pública.
Marianne, muy dura con el presidente, le llamó en portada “gamberro de la República” y respondió luego a los reproches realizados por parte de la clase política con un titular muy irónico: “Himno a un inmenso jefe de Estado”.
En su última entrega el Nouvel Observateur, progresista, también le asesta un duro golpe con una fotografía en blanco y negro de Sarkozy, con ojeras y barba incipiente. “¿Es peligroso este hombre?”, pregunta en portada.
La revista Le Point, considerada como conservadora, tampoco se queda atrás y en junio se preguntaba en portada: “¿Es así de incapaz?”.
Ya en el año 2008, el Courrier International titulaba: “Sarkozy, ese gran enfermo”, en referencia a un artículo publicado en España.
Y es que la prensa extranjera también se suma a la crítica del presidente francés. El último en hacerlo ha sido el muy serio The Economist, que esta semana se interesa en el “increíble presidente que encoje”.
La ilustración consta de una fotografía de Carla Bruni-Sarkozy de pie a la que siguen dos piernas pequeñas y un bicornio de Napoleón.
“Los medios de comunicación utilizan las desgracias del ‘telepresidente’ de la misma forma en que se nutrieron de sus grandes golpes de efecto” explica Denis Muzet, quien estima que al principio de su presidencia había “una suerte de alianza objetiva económico-política” entre la prensa y Sarkozy.
Los periodistas son “por naturaleza iconoclastas: destrozan los iconos que han contribuido en crear. Siempre ha funcionado así, se trate de grandes patrones, de animadores de televisión”, añade este sociólogo que preside el Instituto Mediascopie. Para él, “es una forma de revancha” por parte de la prensa.
Como la forma de gobernar de Nicolas Sarkozy está basada en “la emoción y la pasión”, desencadena ahora “reacciones emocionales y pasionales que pueden ser igual de excesivas en el rechazo como en la celebración”. “El exceso genera el exceso. Es el precio que hay que pagar”, según este analista.
“Al concentrar todos los poderes, Nicolas Sarkozy concentra también todos los ataques”, incluidos los articulados en forma de caricatura, añade otro sociólogo consultado por la AFP, Philippe Riutort.
Hay que ver también en estas elecciones editoriales un motivo económico según el experto Rémy Rieffel, dado que las ventas de las revistas han caído desde hace dos años entre el 5 y el 9%.
“Uno ya no se puede limitar a tener portadas neutras. Hay que tomar posición de forma mucho más firme para renovar el género con portadas fuertes”, estima Rieffel, para quien el jefe de Estado sigue interesando por su personalidad y su comportamiento.
Philippe Riutort pone también de relieve el “seguidismo” de los periodistas en su tratamiento de la actualidad: “Se leen mucho los unos a los otros” y para ellos, en cuanto se trata de Sarkozy, “sus cualidades, su fogosidad y su energía se convierten en defectos, en agitación, en autoritarismo”.