La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, afirmó este miércoles que los carteles de la droga se comportan cada vez más como una insurgencia en México, país que según ella comienza a parecerse a la Colombia de hace veinte años.

Foto: vtv.gob.ve

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“Estos carteles de la droga están mostrando cada vez más señales de insurgencia. De repente empiezan a aparecer coches bomba, que no se conocían antes”, dijo Clinton durante un evento en un centro de ideas en Washington.

En algunos casos, “la amenaza del tráfico de drogas está transformándose o uniéndose con lo que consideramos insurgencia, en México y en América Central”, dijo la jefa de la diplomacia estadounidense.

México “se está pareciendo cada vez más a Colombia hace 20 años, cuando los narcotraficantes controlaban ciertas partes del país”, dijo Clinton. “Casi el 40% del país en un momento dado estaba controlado por insurgentes, por las FARC”, afirmó.

Horas más tarde el gobierno de México expresó su desacuerdo con las declaraciones de Clinton. “No compartimos apreciaciones en ese sentido, ya que hay diferencias muy importantes entre lo que enfrentó Colombia y lo que enfrenta México”, dijo en conferencia de prensa Alejandro Poiré, portavoz presidencial en asuntos de seguridad nacional.

“Hay diferencias porque nosotros estamos trabajando a tiempo”, subrayó Poiré. En las últimas semanas se ha evidenciado un recrudecimiento de la violencia en México, con la matanza de 72 emigrantes, explosiones de coches bomba y enfrentamientos sangrientos entre las autoridades mexicanas y los carteles de la droga.

Desde finales de 2006, la violencia del narcotráfico ha dejado más de 28.000 muertos en México. El subsecretario de Estado para América Latina, Arturo Valenzuela, intentó aclarar las palabras de Clinton y dijo que no debía confundirse el fenómeno en México con la insurgencia de Colombia, ya que los grupos criminales mexicanos “no buscan obtener el poder por razones políticas”.

Valenzuela dijo que más bien los coches bombas podrían considerarse “actos terroristas” en tanto afecten a gente inocente. La aparición de coches bomba en México “no significa automáticamente que haya insurgencia”, destacó por su parte el zar antidrogas estadounidense, Gil Kerlikowske.

Clinton felicitó a Calderón, por su “coraje y compromiso” contra el “difícil reto” del narcotráfico, pero resaltó que se requiere más capacidad institucional y cumplimiento de la ley, “unido a una voluntad política para prevenir que esto se extienda” por la región.

Clinton afirmó que su país está “preparado para ayudar” al gobierno de Calderón y al resto de las naciones latinoamericanas.

Advirtió que los pequeños países en América Central “no tienen la capacidad” de enfrentar al narcotráfico, y señaló que recientemente la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, pidió mayor colaboración estadounidense.

Por otro lado, Clinton reconoció que el Plan Colombia de lucha antidrogas y contra la insurgencia a través del cual Estados Unidos entregó más de 6.000 millones de dólares desde 2000, fue “controversial” y tuvo sus “problemas y errores”.

“Pero funcionó”, afirmó la secretaria de Estado, al mostrar su confianza en que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, “hará todo lo posible por remediar problemas del pasado”.

“Tenemos que encontrar el equivalente para América Central, México y el Caribe. Y no es fácil”, dijo Clinton, al agregar: “Las drogas vienen de Bolivia, Perú, Colombia, a través de América Central, el sur de México a nuestra frontera, y nosotros las consumimos”.