El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, rechazó el martes las acusaciones de estar persiguiendo a su antecesor en el cargo para llevarlo a los tribunales.
“Yo no persigo a nadie”, dijo Martinelli a los periodistas durante la entrega de unas becas en la provincia de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica.
“Hay personas que tienen miedo inclusive de su sombra”, dijo el mandatario, quien añadió que lo único que quiere es que se dediquen “a trabajar por Panamá” y a que “las cosas se hagan y salgan bien”.
Martinelli hizo estas declaraciones después que el magistrado de la Corte Suprema de Justicia Alejandro Moncada, nombrado por el mandatario, ordenara una indagatoria al ex presidente Martín Torrijos como parte de la investigación por supuestos sobornos para aprobar un contrato cuando era diputado.
El lunes una funcionaria acudió a la casa de Torrijos para entregarle la notificación para la indagatoria, pero la diligencia no se pudo realizar porque el ex mandatario está fuera del país.
Torrijos era diputado de oposición por el Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata) durante el gobierno de la derechista Mireya Moscoso, cuando en 2002 un diputado de su partido, actualmente en las filas del oficialismo, denunció que hubo sobornos en el Congreso panameño.
Esos sobornos serían a cambio del voto para la aprobación del contrato ley del Centro Multimodal, Industrial y Servicios (Cemis), a desarrollarse en la provincia de Colón, al norte del país.
“Lo que se está buscando es un espectáculo mediático”, dijo Torrijos, vicepresidente de la Internacional Socialista para América Latina a través de un comunicado emitido en la noche del lunes.
“Podría considerarse como un acto de persecución política”, dijo Torrijos, quien regresará al país para “cumplir con todos los requerimientos que sean hechos de conformidad con la Constitución y las leyes”, dijo.