Islandia, país devastado por el colpaso económico que sacó a la luz connivencias y corrupción en las más altas esferas, quiere convertirse en un santuario de la libertad de información para los periodistas del mundo entero, con la Icelandic Modern Media Iniciative (IMMI).

El proyecto, desarrollado con la ayuda del creador de WikiLeaks, Julian Assange, surge cuando en el mundo proliferan los intentos de diferentes gobiernos para amordazar a la prensa y a los periodistas y evitar que informaciones comprometedoras sean divulgadas.

El 16 de junio el Parlamento islandés votó por unanimidad la Icelandic Modern Media Initiative (IMMI), una resolución que apunta a proteger a los periodistas de investigación y a sus fuentes.

“Tomamos las mejores leyes elaboradas en el mundo y las combinamos para crear un ‘paraíso de la transparencia’” en oposición a los paraísos fiscales y a su opacidad, explicó a la AFP la diputada Birgitta Jonsdottir, impulsora de la iniciativa.

Esta mujer de 43 años se presenta como una “anarquista” que ingresó a la política para aprovechar las oportunidades de cambio que nacieron tras la doble crisis –económica y de confianza que estalló en 2008– consternada por los intentos de censura en su país, a menudo presentado como un modelo.

El ejemplo más resonante se produjo en agosto de 2009 cuando, por intimación judicial, la televisión pública RUV se vio obligada a anular la difusión de un reportaje sobre los préstamos secretos del banco Kaupthing, uno de los establecimientos financieros que contribuyeron en llevar a la isla al borde de la bancarrota.

En vez del reportaje el canal difundió imágenes de WikiLeaks en donde se publicaron esos documentos, sensibilizando a la opinión pública sobre los límites a la libertad de información en la isla.

“La libertad de información y la libertad de expresión son los pilares de la democracia. Sin ellos, no hay una verdadera democracia”, estima Jonsdottir, que muestra en su saco una insignia que clama “Free Tibet” y otra “WikiLeaks”.

Bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo principalmente, “todos los países elaboran nuevas leyes que complican la tarea de los periodistas y los autores de libros de investigación”, lamenta.

Islandia, futuro santuario de la transparencia, planea reforzar la protección de las fuentes, alentar a la gente que denuncia malversaciones o contrarrestar el “turismo de la difamación” que consiste en demandar a los periodistas en jurisdicciones extranjeras.

Todas ellas, disposiciones inspiradas de leyes de Estados Unidos, Suecia o incluso Bélgica.

“Constatamos que (esas protecciones) son realmente necesarias”, señala Julian Assange, fundador del sitio WikiLeaks, especializado en la publicación de documentos confidenciales que el último mes hizo historia al publicar decenas de miles de expedientes militares clasificados de Estados Unidos.

“Nuestra experiencia en los países en vías de desarrollo y en la mayoría de los países desarrollados muestra que la prensa es regularmente censurada por procedimientos judiciales abusivos”, explica en un video publicado en internet

Además de WikiLeaks, varias organizaciones no gubernamentales y personalidades internacionales, como la eurodiputada y ex juez de instrucción francesa, Eva Joly, participaron en la concepción de la IMMI, iniciativa aplaudida por la prensa islandesa.

“Con una mayor protección de las fuentes será mucho más fácil informar sobre abusos en el seno del gobierno u empresas”, estima Kristinn Hrafnsson, periodista independiente que colabora con WikiLeaks. “Cuando se sabe que se puede pasar información de manera impune, tenemos una mayor tendencia a hacerlo”, dijo a la AFP.

Pero la resolución también influirá más allá de las fronteras de Islandia.

“En países en donde son oprimidos como en China o Sri Lanka, los periodistas pueden perder la vida”, afirma Jonsdottir. “Pero al menos podemos asegurar que sus artículos no serán suprimidos” si se almacenan en servidores islandeses. Al resguardo de la censura.

Página internet de IMMI: http://www.immi.is/