Hablar de los méritos de Marcelo Bielsa resulta sencillo, basta con observar lo realizado en el proceso de Sudáfrica 2010 para destacar su dedicación, profesionalismo y rigurosidad a la hora de planificar los duelos de la Selección Chilena.

Marcelo Bielsa

ANFP.cl

Pero así como asumimos que Bielsa es humano cuando hablamos de su “complicada” relación con el presidente de la República, Sebastián Piñera, debemos entender que hay rasgos de la personalidad del rosarino que escapan al común de los mortales y que muchas veces rayan en la incongruencia y la paranoia.

Que a uno le digan “loco” no es pecado, ni un defecto, de hecho, la historia de la humanidad está llena de locos que marcaron tendencias o fueron genios. En el caso de Bielsa lo que lo hace anormal, no necesariamente lo convierte en un “loco-lindo”.

Ya no es una coincidencia que Berizzo, Morón y Armijo hayan dejado el staff, tampoco lo es que Lunari, Tojo y ahora Marchesini, hayan perdido la opción de trabajar con él por el simple hecho de contar que recibieron una propuesta. Bielsa se enreda en los temas que tienen que ver con la “inteligencia emocional”.

En su lógica le debe resultar difícil entender que sus colegas quieran expresar a sus cercanos la alegría por una oportunidad laboral con uno de los mejores del mundo, así como le debe resultar extraño que haya personas que quieren pasar más tiempo con sus hijos o la familia. Algo que él se reserva sólo para algunos momentos en el año.

Bielsa es un tipo brillante, pero a mi juicio se excede en el control de las emociones de sus colaboradores, no puede marginar a alguien por el simple hecho de contestar el llamado de un medio o porque quiere compartir con sus cercanos que recibió una oferta.

En la vida y en el fútbol, la diversidad es necesaria y no todos pueden ser como uno quiere que sean, no al menos las 24 horas. Se puede marcar líneas laborales pero no personales a mi juicio. Yo tuve un jefe que no entendía mucho eso de que uno quisiera tiempo para estar en casa o jugar con los niños, porque su vida era su trabajo, cuando fue padre entendió que había cosas más allá del metro cuadrado de la oficina.

Acá Bielsa no acaba de entender que no todos actúan como él y que entre adultos es más difícil modelar personalidades y el riesgo de perder un buen colaborador sólo porque dio una nota, me parece exagerado.

Tal vez, no hemos sido capaces de entender la lógica bielsista y esto es un casting o un reality, donde Bielsa llama a cinco o seis personas y el primero que responde a la prensa es eliminado o amenazado por convivencia, no sé, lo que tengo claro es que mucho de lo que dijo Marchesini tiene sentido, no puedes irte de un día para otro sin despedirte, acá hay personas, por más Bielsa que seas o por más Papa que te creas hay que tener respeto, porque más allá de la pelotita hay seres humanos y familias, no hay notebooks, ni robots, ni mimos. Aunque los mimos también tienen sentimientos.