Un muerto y tres desaparecidos, así como la destrucción de una vía de mayor circulación de la capital, es el saldo de los aguaceros que cayeron la tarde del domingo en Tegucigalpa, confirmaron este lunes los organismos de socorro en un informe preliminar.
Ante el riesgo de nuevas lluvias por otra onda tropical, la 25, la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Lisandro Rosales, decretó este lunes “alerta amarilla”.
La víctima mortal por las fuertes lluvias del domingo fue una vendedora de los mercados del centro de la capital que fue arrastrada por la creciente de la quebrada El Sapo al inundar unos 15 negocios, según el informe de los bomberos.
Entre los desaparecidos se encuentra un hombre que circulaba en en una motocicleta, que cayó en un abismo que se abrió en el bulevar Fuerzas Armadas, al noroeste de la ciudad, al ceder una caja puente. Los organismos de socorro no se habían puesto de acuerdo sobre si entre los desaparecidos también figuraban dos niños o un niño y un adulto.
El ministro de Obras Públicas, Transporte y Vivienda, Miguel Pastor, anunció el cierre a lo largo de 10 kilómetros del bulevar Fuerzas Armadas, que junto al Anillo Periférico, fue concebido para descongestionar la ciudad, que posee el 60% del parque vehicular de Honduras, de un millón de automóviles.
La interrupción del paso en la vía, que podría ser habilitada en unos cinco días, ocasionará graves problemas en la circulación vial, sobre todo a los viajeros hacia San Pedro Sula, la segunda ciudad importante del país.
El portavoz de los bomberos, Oscar Triminio, dijo a la AFP que media hora de lluvias dejaron 160 personas evacuadas en el Zapote Centro y 40 en la 21 de Febrero, ambas al noroeste de la ciudad y decenas de viviendas destruidas o dañadas.
El ministro de Educación, Alejandro Ventura, anunció la interrupción de las clases en escuelas ubicadas en las zonas afectadas. La primera planta del propio ministerio resultó inundadada. Las autoridades hondureñas se encuentran preocupadas por los efectos de las lluvias que arrecian como consecuencia del fenómeno climático ‘La Niña’ que deja saturado el subsuelo.
El invierno, que comenzó en mayo, se prolongará hasta fines de diciembre con alto riesgo de que azoten tormentas tropicales y huracanes. Organismos de socorro y autoridades señalan que 300.000 habitantes de la accidentada topografía de la capital hondureña viven en áreas de riesgo, sobre un total de un millón de residentes