California votará en noviembre una iniciativa para legalizar la marihuana, un tema que ya despertó a defensores y detractores de su despenalización, agrupados en organizaciones dispuestas a desembolsar millones de dólares para su causa.
Lejos de una guerra entre ‘hippies’ y policías, los activistas de la legalización de la marihuana han logrado convencer a parte de la opinión pública de California que despenalizando y gravando el cannabis con impuestos al consumo ayudarán a llenar el profundo agujero fiscal del estado dorado.
También están seguros de que influenciarán al resto del país con su decisión.
“Debido a la recesión económica los votantes se dieron cuenta de que no pueden permitirse el lujo de malgastar el dinero privando a la gente de algo que es más seguro que el alcohol”, dijo a la AFP Salwa Ibrahim, portavoz de la “Universidad Oaksterdam”, en Oakland, al norte de California, instituto sin acreditación oficial dedicado a la enseñanza del cultivo y los beneficios medicinales de la marihuana.
El fundador de Oaksterdam es Richard Lee, un conocido activista que además de haber fundado la escuela en 2007 -de la cual han egresado más de 5.000 estudiantes-, desembolsó 1,3 millones de dólares para patrocinar la campaña que permitió que la iniciativa fuera incluida en las elecciones de noviembre cuando California también elija al reemplazante del gobernador Arnold Schwarzenegger.
“La mayoría de los fondos vinieron de la enseñanza a los estudiantes y otros activistas que apoyan el control y el impuesto al cannabis”, dijo Ibrahim al destacar las encuestas estatales que muestran que 56% de los electores de California apoyan la iniciativa.
“Cada día tenemos más adeptos. Las personas se han dado cuenta de que la violencia en México es causada por la prohibición al cannabis”, apuntó Ibrahim, segura de que el apoyo a su causa proviene de gente “de todas las edades, razas y culturas”.
Desde hace 14 años la marihuana en California es legal para uso médico pero la iniciativa contempla que su uso recreativo sea también legalizado.
Según las estimaciones de los activistas a favor, la legalización de la marihuana “puede aportar 1.500 millones de dólares de impuestos al consumo y arrojar otros mil millones en ahorros por gastos policiales y encarcelamientos”.
Pero los detractores no creen en ese argumento: “Esta medida virtualmente no tiene beneficios fiscales”, dijo a la AFP John Lovell, miembro de la Asociación conservadora California Peace Officers, que reúne personal y organizaciones dedicadas a la protección policial y de la ley en el estado.
Según Lovell, la iniciativa “prohíbe al estado promulgar un impuesto sobre la marihuana y en realidad podría costar miles de millones en fondos federales a California”.
La eventual legalización del cannabis “aumentará el uso de droga entre los niños, aumentará las muertes en las carreteras, aumentará el crimen y el estado perderá miles de millones de fondos federales”, apuntó Lovell.
Ambos grupos están seguros que en noviembre triunfarán, pero Lovell reconoció que aquellos que buscan convertir a California otra vez en el estado de vanguardia en Estados Unidos, cuentan con más dinero.
“Vamos a recaudar dinero suficiente para derrotar la iniciativa. Los que la propusieron recaudarán más, pero vamos a ganar”, advirtió Lovell sobre la iniciativa, que permitiría a las personas mayores de 21 años poseer hasta una onza (casi 30 gramos) para uso personal y cultivar poco más de 2 metros cuadrados de marihuana por residencia o parcela.
En la actualidad la posesión de una onza o menos es considerada un delito menor que se multa con 100 dólares en California, el único estado del país que tiene dispensadores y promueve la venta del cannabis.