La visita que este jueves inició el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, a El Salvador marca una nueva era en las relaciones de este pequeño país, cuyo presidente, Mauricio Funes, es un profeso admirador del mandatario brasileño.

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Lula inició a las 19:10 horas locales del jueves (22 horas en Chile) una visita oficial que ha despertado expectativas en El Salvador por cuanto significa la inauguración de una relación con una de las principales potencias económicas del continente, que se inicia con un préstamo de 500 millones de dólares para renovar la flota de autobuses y financiar programas sociales.

El mandatario sudamericano fue recibido en el aeropuerto internacional El Salvador, 44 km al sureste de la capital, por el canciller Hugo Martínez. Lula de inmediato se dirigió a la capital salvadoreña.

“La visita del presidente Lula es muy importante pues reafirma la postura de Brasil de tener a El Salvador como un socio estratégico en la región centroamericana”, comentó Martínez.

“En el plano político la llegada del presidente Lula significa un respaldo a la gestión de Funes sobre la base de respeto y apoyo a un proceso democrático de transición (de derecha a izquierda) sin solicitar otro tipo de adhesiones ideológicas”, declaró a la AFP el analista de derecha Juan Héctor Vidal.

En el ámbito económico, según Vidal, el préstamo de Brasil “no tiene precedentes” por cuanto nunca antes un país lo había ofrecido y además llega como “oxígeno” en momentos de crisis y justo cuando a El Salvador se le están acabando las fuentes convencionales de financiamiento.

Para el ministro de Economía, Héctor Dada, Brasil al brindar su respaldo a El Salvador se convierte en un país que puede “respaldar la unidad y desarrollo del continente”.

El Salvador y Brasil tienen relaciones estables desde 1906 y Lula ha sido el único presidente de esa nación que lo ha visitado en cuatro ocasiones desde 2003.

En entrevista concedida al diario salvadoreño La Prensa Gráfica, Lula consideró que “El Salvador es un país estratégico para nosotros”.

“Vengo ahora para dar seguimiento a los esfuerzos de profundización y diversificación de las relaciones de Brasil con América Central”, afirmó Lula a esa publicación.

Para el profesor universitario y analista de izquierda, Roberto Cañas, la visita (de Lula) “a todas luces es positiva, no hay sombra de duda” y abogó por que El Salvador pueda imitar el programa brasileño “Hambre Cero”.

El presidente de la Fundación para el Desarrollo Económico (FUNDE), Roberto Rubio también considera “positiva” la visita del mandatario sudamericano pues Brasil “es un referente importante de cómo se hacen bien las cosas”, al contrario de otros países como Venezuela que a pesar de tener riqueza no se refleja en su economía.

“Se puede ser rico y atarantado (aturdido), se puede tener mucho dinero pero si es muy atarantado su economía no va andar bien”, subrayó Rubio.

En el plano de seguridad, se firmará un convenio de asistencia brasileña a la policía y a la seguridad presidencial.

El gigante sudamericano y El Salvador tienen además en la agenda el tema energético, ya que el país centroamericano es beneficiario de la cooperación triangular en el marco del acuerdo Brasil-Estados Unidos sobre biocombustibles y ya existe una empresa brasileña trabajando en ese sector en el país.

La agenda de Lula, tras su llegada a territorio salvadoreño incluía una cena con Funes el jueves y la participación de ambos en un encuentro de empresarios el viernes.

Lula también visitará la cripta de la catedral capitalina para colocar una ofrenda floral en la tumba del asesinado arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero.

Para las 12H00 locales del viernes (18H00 GMT) y luego de una reunión privada, Lula y Funes estarán presentes en la firma de convenios de cooperación antes de hablar a la prensa.

Tras un almuerzo en la misma casa presidencial, el mandatario brasileño regresará a Brasil.