El duelo entre el Milan y el Manchester United, de alto prestigio de por sí, en los octavos de final de la Liga de Campeones, tiene como aliciente el reencuentro de David Beckham por primera vez con el equipo que lo vio crecer y donde pasó sus mejores años como profesional.

La estrella inglesa sentirá el martes, en San Siro, un pinchazo en el corazón por enfrentarse a su ex club. Pero, sin duda alguna, nada comparado con lo que experimentará ante miles de aficionados de los ‘Red Devils” que acudirán a Old Trafford en el partido de vuelta que se disputará dentro de tres semanas.

Manchester United no se trata de un equipo cualquiera para él, sino de su antiguo club, su familia, donde se formó, explotó como jugador, se convirtió en una estrella mundial y ganó los trofeos más importantes: seis títulos de Premier League, dos de Copa de Inglaterra y, sobre todo, una Liga de Campeones en 1999.

En total, el centrocampista disputó 394 partidos y marcó 85 goles en diez temporadas en el equipo inglés.

“Seguiré siendo un aficionado empedernido del United. Aceptar no ser jugador de este equipo ha sido una de las cosas más duras que he tenido que digerir”, explicó la semana pasada el ex madridista, que viene al club lombardo cedido por Los Angeles Galaxy para los próximos seis meses.

Beckham añadió que el encuentro contra su ex equipo “estará acompañado de una gran emoción”, convencido de que el United, donde habría querido quedarse para el resto de su carrera profesional, es “el club más importante del mundo”.

Desde su marcha al Real Madrid en 2003, “Becks” nunca tuvo la oportunidad de jugar frente a los ‘Red Devils’. “Casi lloré (después del anuncio del sorteo de octavos de la Liga de Campeones). Manchester es mi vida”, señaló a finales de diciembre.

En el banquillo del United, se encontrará el técnico Alex Ferguson, que ha sido como un padre para el jugador, pese a que el escocés se mostró furioso después de una derrota en su última temporada con el club británico.

Fue el propio jugador quien insistió en la cesión del equipo estadounidene al Milan. Esta operación fue recibida con mucho escepticismo. “Se trata de una operación de marketing”, se dijo, pero el interesado, humilde y trabajador, se ganó el apoyo de los compañeros de equipo y de los aficionados.

Sin embargo, Beckham declaró que no se dejará llevar por la emoción. A sus 34 años, se presenta el último gran desafío de su carrera: convencer al seleccionador de Inglaterra, Fabio Capello, para disputar el Mundial de Sudáfrica.

“Si Beckham juega y se encuentra bien físicamente, irá al Mundial”, aseguró Capello recientemente.

“No me fijo en su edad, miro sus cualidades y tiene muchas. Es serio y gran profesional”, prosiguió el técnico italiano.

Beckham anunció que no festejará si llega a marcar contra su ex equipo. “No creo que lo celebre (el gol). Respeto a los seguidores y al club”, dijo.