Los constructores de automóviles deben actuar “rápida y decididamente” para responder a las quejas de los usuarios por la seguridad, dijo el presidente estadounidense Barack Obama en sus primeros comentarios desde el masivo retiro de automóviles Toyota del mercado.
“En la medida en que la seguridad pública está en juego, cada constructor tiene la obligación de actuar rápida y decididamente para resolver aquellos problemas que sean identificados”, señaló Obama en una entrevista para la revista Bloomberg Businessweek, que se distribuye este viernes.
“Aún no sabemos qué es lo que ha pasado en el caso de Toyota. Hay una investigación” sobre el tema, indicó el mandatario.
“Espero que todos los constructores comprendan que su marca está amenazada en la medida en que se afecten las cuestiones de seguridad”, añadió.
Toyota, el fabricante de vehículos número uno del mundo, fue acusado en Estados Unidos de haber actuado demasiado tarde ante las quejas de los usuarios, que denunciaban problemas de aceleración y frenos, antes de proceder a retirar del mercado a cerca de 9 millones de automóviles en el mundo.
El grupo tendrá que hacer frente a una avalancha de juicios en Estados Unidos, donde un grupo de abogados reclama por daños y perjuicios tras la caída del precio de sus vehículos en el mercado de venta de usados.
Obama rehusó responder sobre si Toyota o la agencia de seguridad vial estadounidense (NHTSA) tardaron en decidir el retiro masivo de los vehículos.
“Aún no sabemos todos los detalles, por lo cual prefiero no dar una opinión en el aire”, sostuvo el presidente estadounidense.
Sin embargo, dijo confiar en la capacidad del gigante japonés en sortear estos escollos.
“Toyota es desde hace mucho tiempo un constructor extraordinario y creo que lo seguirá siendo, pese a estos contratiempos”, concluyó.