Los costarricenses acudieron este domingo a las urnas a elegir al sucesor del mandatario Oscar Arias, renovar el Congreso y los gobiernos municipales, en unos comicios en que la candidata oficialista Laura Chinchilla puede convertirse en la primera presidenta de Costa Rica.
Nueve candidatos aspiran a gobernar la democracia más antigua y estable de América Central, en una votación a la que la heredera política de Arias llega como favorita, escoltada por el populista de derecha Otto Guevara y el centroizquierdista Ottón Solís.
Chinchilla, ex vicepresidenta de Arias, promete continuar su obra, pero niega ser una “marioneta” de su mentor político, uno de los centroamericanos con mayor prestigio en el mundo y Premio Nobel de la Paz, que en su país despierta admiración y recelo, y quien no puede ir a la reelección.
Politóloga de 50 años, Chinchilla pidió que la votación sea “una jornada de armonía, de respeto y de unión”.
En una Centroamérica con países con altas tasas de crímenes y sacudida por un golpe de Estado en Honduras, denuncias de fraude electoral en Nicaragua y acusaciones (falsas) de que el presidente de Guatemala ordenó un asesinato, los comicios de Costa Rica son vistos como ejemplares por unos 200 observadores internacionales que los supervisarán.
“Es un proceso electoral bastante sólido, con un comportamiento cívico ejemplar”, declaró a la AFP la jefa de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), María Emma Mejía.
La inseguridad y la economía han centrado la campaña, pero no se esperan grandes cambios en el ‘Estado de Bienestar’ que impera desde la guerra civil de 1948 (tras la cual fue abolido el Ejército), en el país más próspero de América Central.
El mayor temor es que haya una alta abstención, pues no es obligatorio el sufragio, que en los últimos cuatro comicios ha superado el 30%.
Más de 2,8 millones de electores comenzaron a votar a las 06H00 locales (12H00 GMT), minutos después de salir el sol, y los recintos de sufragio cerrarán a las 18H00 (00H00 GMT), para renovar también a los 57 miembros del Congreso y a los regidores municipales.
“A eso de las 10 de la noche (04H00 GMT del lunes) tendremos por lo menos un 80% de las juntas de votación” escrutadas, dijo a la AFP Hugo Picado, funcionario del Tribunal Supremo de Elecciones.
Si ningún candidato presidencial supera el 40% de los votos válidos, habrá un balotaje el 4 de abril.
Los tres candidatos principales iniciaron sus actividades públicas antes del amanecer e iban a ir a misa antes de sufragar, en un país donde el catolicismo sigue siendo la religión oficial.
Chinchilla y Guevara votarán en la capital y Solís en la ciudad sureña de San Isidro del General.
El Partido Liberación Nacional (PLN) de Arias y Chinchilla, la fuerza dominante desde 1948, pondrá a prueba su capacidad de organización y convocatoria.
El PLN es un partido nominalmente socialdemócrata, pero tildado de centroderecha por disidentes que abandonaron sus filas, entre ellos Solís, ex ministro del primer gobierno de Arias (1986-1990).
“En la intimidad de la urna reflexionen y analicen quién hizo la campaña con el dinero de unos pocos, pues gobernará para esos pocos”, declaró Solís, economista de 55 años y líder del Partido Acción Ciudadana, que postula por tercera vez a la presidencia, igual que Guevara.
“Un triunfo nuestro viene a representar un triunfo de políticas públicas diferentes a las que se han venido aplicando (por la izquierda) en otros países de América Latina”, dijo a la AFP Guevara, abogado de 49 años, un ultraliberal reconvertido al populismo y líder del Movimiento Libertario.
Otros seis candidatos con menor apoyo están en la contienda: Luis Fishman, Eugenio Trejos, Oscar López, Mayra González, Walter Muñoz y Rolando Araya. Estos dos últimos suscribieron recientemente un pacto con Solís.
Fishman es abanderado de la Unión Social Cristiana, otro partido tradicional como el PLN, y se lanzó a la campaña a última hora en reemplazo del ex mandatario Rafael Angel Calderón (1990-1994), quien se marginó tras ser condenado por corrupción.