Francia anunció el miércoles que está a favor de prohibir el comercio internacional de atún rojo dentro de 18 meses, una medida destinada a proteger una especie codiciada sobre todo en Japón y para la cual se espera un pronunciamiento conjunto de la Unión Europea (UE).
El ministro francés de Ecología, Jean Louis Borloo, afirmó a la prensa que “es una decisión fuerte (…) pero necesaria”, mientras que el presidente del Sindicato de Atuneros del Mediterráneo (SAM), Mourad Kahoul, advirtió de inmediato que “nos encaminamos hacia una crisis” y pidió una “reunión de urgencia” con el presidente Nicolas Sarkozy.
“El plazo de 18 meses ha sido decidido para permitir más pesquisas científicas y ultimar un plan (alternativo) para las flotas” de atuneros con el objetivo de reducir la capacidad de pesca, indicó una fuente gubernamental francesa.
Sarkozy defendió en 2009 la inscripción del atún rojo o atún del Atlántico en el anexo de la Convención de Naciones Unidas sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción (CITES).
El Comité Nacional de Pesca Marítima y Criaderos Marinos (CNPMEM), que reúne a los profesionales del sector en Francia, “desaprobó” la decisión gubernamental, que tampoco satisfizo a Greenpeace.
La organización ecologista acusó al gobierno de “someterse” al sector pesquero y de decir “¡salvemos la especie, pero no muy pronto!”, en referencia al plazo de 18 meses propuesto para la aplicación de la medida.
“Esto significa esperar para reaccionar cuando no haya más atunes rojos”, sostuvo Greenpeace.
Según el Instituto Francés de Investigación sobre la Explotación del Mar (IFREMER), los volúmenes de captura de atún rojo, cuyo nombre científico es “thunnus thynnus thynnus”, exceden ampliamente los niveles autorizados y el potencial de reproducción de esa especie.
Los bancos de atún rojo cayeron en el mar Mediterráneo en 74,2% entre 1957 y 2007. El 60,9% de la caída tuvo lugar en los últimos diez años.
En el oeste del Atlántico, el derrumbe fue de un 82,4% entre 1970 y 2007, según el principado de Mónaco, que reclamó protección internacional para esta especie.
La decisión de Francia -que junto a Italia y España son las tres principales potencias pesqueras de la Unión Europea- es decisiva para la posición de la UE que tendrá que pronunciarse sobre este asunto a nivel comunitario.
La UE tiene autorizado pescar 16.210 toneladas anuales de atún rojo en aguas del Mediterráneo y del Atlántico oriental, que se reparten entre los tres países citados antes y, en menor medida, Grecia, Chipre, Malta y Portugal.
La flota europea de atuneros “cerqueros”, que en 2007 pescaron más del 70% del total permitido por la UE, está formada por 134 barcos en su mayoría italianos (87) y franceses (38). España posee seis.
Influyentes organizaciones ambientalistas como el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), defienden la inscripción del atún rojo en el anexo del CITES, que en marzo reunirá a sus 175 países miembros en Doha (Qatar). Esa medida implicaría prohibir su comercio internacional a todos los países que pescan esa especie.
El atún rojo, que vive en particular en las aguas del Atlántico norte y en los mares adyacentes, es sumamente codiciado en Japón, debido a la moda del “sushi” y el “sashimi”, que explotó en los últimos años.
El 80% del atún rojo capturado en el Mediterráneo, primera zona de pesca, se exporta a Japón, que por un ejemplar de 200 a 300 kilos paga entre 20.000 y 30.000 euros (entre 27.000 y 41.000 dólares).