Eva Mozes, una de las gemelas sometidas en Auschwitz a los horribles experimentos del doctor Josef Mengele, volvió el miércoles al lugar de su suplicio, en ocasión de las ceremonias conmemorativas del 65º aniversario de la liberación del campo nazi de exterminio.
“Mis padres y nuestra hermana mayor fueron asesinados 30 minutos después de llegar al campo. Nunca más los vi, desaparecieron sin dejar rastro”, cuenta a la AFP Eva Mozes, de 75 años y que reside ahora en Indiana (EEUU).
“A mi hermana y a mí no nos mataron porque éramos gemelas”, agrega.
Eva y Miriam, judías húngaras, fueron deportadas en mayo de 1944 a Auschwitz-Birkenau desde un pueblo rumano, y tatuadas con los números A7063 y A7064. Tenían entonces diez años de edad. Las dos sobrevivieron, pero Miriam falleció en 2003.
Eva Mozes recuerda que, después que se le hizo una inyección, estuvo muy enferma, con fuerte fiebre.
“Mengele vino un día con otros cuatro médicos nazis y dijo: ‘se va a morir en dos semanas’. Pero yo decidí resistir y luchar para sobrevivir”, dice.
En el brazo tatuado, Eva lleva siempre un brazalete con la inscripción: “Never give up. Forgive” (Nunca te rindas. Perdona).
“Perdoné a los nazis en 1995 y fue como una segunda liberación. Fui liberada por soldados en 1945, y fue liberada de nuevo cuando perdoné a los nazis”, recalca.
El nazi alemán Josef Mengele era uno de los médicos que se encargaba de la selección de los deportados que llegaban al campo de Auschwitz-Birkenau, donde fueron asesinadas 1,1 millón de personas, de las cuales un millón eran judías.
Apodado el “angel de la muerte” por los detenidos, Mengele hacía llevar directamente a las cámaras de gas a los niños, los viejos y a todos lo que consideraba demasiado débiles para trabajar. Al terminar la guerra, logró huir a América Latina con una falsa identidad. Murió en Brasil en 1979 ahogándose accidentalmente.