La policía impidió este viernes por la noche la celebración en Pekín de lo que debía ser el primer concurso de belleza gay en China, cuyo anuncio había sido interpretado como una apertura en un país donde la homosexualidad es objeto de oprobio.
“El evento fue anulado”, anunció a la AFP Wei Xiaogang, que debía ser miembro del jurado para elegir entre ocho hombres al ganador del título “Mr. Gay”.
El vencedor del concurso, que incluía un desfile en ropa interior, tenía que representar al país asiático en la competición mundial de Mr. Gay, que se celebrará en febrero en Noruega.
Por la noche, los organizadores intentaban negociar, sin demasiadas esperanzas, con la policía, que llegó “sin prevenir”, contó uno de ellos, Ryan Dutcher.
“Nos dijeron que no teníamos las autorizaciones necesarias”, explicó Dutcher. “Quizá teman algo de un evento como éste. Estoy muy decepcionado pero no demasiado sorprendido”, añadió.
Entre 150 personas, muchas de ellas periodistas, que se agolpaban frente a la discoteca de moda de la capital donde debía celebrarse el concurso, Jiang Bo, uno de los participantes daba rienda suelta a su “intensa decepción”.
“Creía que el gobierno se volvía cada vez más tolerante (…) El mundo entero estimaba que China hacía algo grandioso. Pero ahora pienso que todo el mundo va a estar decepcionado”, comentó.
La decisión de Jiang, miembro de la minoría étnica tujia, de presentarse al concurso era un reto personal.
Su familia no sabe todavía que es homosexual y él esperaba que no se enterara a raíz de su participación en “Mr. Gay China”.
“Sería sumamente incómodo para toda la familia, que se vería desacreditada”, dijo Jiang.
Ben Zhang, organizador de “Mr. Gay China”, esperaba, antes de la anulación, que el concurso ayudara a los que todavía están arrinconados “a sentirse mejor con su sexualidad”.
Aunque la vida de los homosexuales ha mejorado en los últimos años en China, sobre todo en las grandes ciudades, muchos de ellos siguen ocultando su condición o se casan por la presión paterna, una situación agravada por la política china del hijo único.
Según expertos chinos, habría en China unos 20 millones de hombres homosexuales y diez millones de lesbianas.
En China, la homosexualidad era un delito hasta 1997 y fue considerada como enfermedad mental hasta 2001. Desde entonces, fue creciendo su visibilidad en la sociedad.
En junio pasado tuvo lugar en Shanghai el primer festival del orgullo gay, pero con discreción y con actos anulados por las autoridades.
“Aunque la participación en estos acontecimientos es limitada, las informaciones son ampliamente difundidas a través de internet, e incluso en los (otros) medios de comunicación”, afirma Patrick Bao, estudiante de la Universidad de Sídney que investiga sobre la homosexualidad en China.
“Estos acontecimientos tienen un efecto importante en los gays de China”, les dan ánimos, dijo Bao, que es homosexual y chino.
El miércoles, el diario oficial China Daily publicó en primera plana la fotografía de la primera “boda” homosexual del país, una ceremonia simbólica puesto que China no reconoce el matrimonio homosexual.
El mes pasado, el primer bar gay del país abrió sus puertas en Dali (provincia suroccidental de Yunnan), con el apoyo del gobierno cuyo objetivo es promover los esfuerzos de prevención del sida.