Seis soldados de la fuerza de la OTAN en Afganistán, entre ellos tres estadounidenses y un francés, murieron el lunes en enfrentamientos o atentados en zonas del sur y del este consideradas bastiones islamistas, informó la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Se trata del peor balance para la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN en una sola jornada en lo que va de año. Desde el 1 de enero murieron 15 soldados extranjeros en Afganistán.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) anunció primero la muerte de tres estadounidenses en combates en el sur.
Les siguió otro soldado muerto al estallar una bomba casera, también en el sur.
La Alianza Atlántica no ha precisado dónde había sucedido, pero Helmand y Kandahar son bastiones de los talibanes en el sur e incluso las zonas más peligrosas de todo el país.
En la provincia de Kapisa, al noreste de Kabul, los insurgentes mataron a un suboficial de un regimiento de artillería francés, anunciaron fuentes oficiales en París.
Según el portavoz del ejército francés, un capitán resultó herido de gravedad en combate cuando su unidad -a la que se han unido militares afganos- fue blanco de disparos a su llegada al pueblo de Alasay.
“Los combates fueron muy breves y no hubo bajas en el ejército afgano”, declaró un portavoz militar francés.
Fue en esta provincia donde el 30 de diciembre los talibanes secuestraron a dos periodistas franceses de la cadena de televisión France 3 y a sus tres acompañantes afganos.
Por la noche, la OTAN anunció que uno de sus soldados había fallecido como consecuencia de las heridas sufridas en el Este, sin precisar su nacionalidad. Pero una fuente de la Alianza que pidió el anonimato aseguró a AFP que era el oficial francés herido. Por ahora ni la ISAF ni el ejército francés han confirmado la información.
El 4 de enero, cuatro estadounidenses y un británico perdieron la vida en dos ataques con bomba en los feudos talibanes de Kandahar y Helmand.
Eran las primeras bajas del año de las fuerzas internacionales en Afganistán, integradas por 113.000 soldados, de los cuales los dos tercios son estadounidenses.
Estas tropas, que empiezan a recibir los refuerzos prometidos por el presidente norteamericano Barack Obama, registraron en 2009 una cifra récord de bajas desde su llegada en 2001, con 520 muertos, contra 295 en 2008, según un recuento de AFP a partir de la página web especializada icasualties.org.
El ejército estadounidense perdió el doble de efectivos que en 2008, con 317 víctimas mortales contra 155.
El 30 de diciembre, siete agentes de la CIA y uno de los servicios de inteligencia jordano murieron en un atentado suicida cometido en una base estadounidense de la provincia de Jost (este), cerca de la frontera con Pakistán.
Las tropas extranjeras pierden a muchos hombres en las explosiones de bombas caseras colocadas en el borde de las carreteras, responsables del 60% de las bajas de 2009.
El jefe del Estado Mayor Interarmas de Estados Unidos, almirante Michael Mullen, advirtió el 14 de diciembre que contaba con un mayor número de bajas con la llegada de los refuerzos decididos por Obama..