El obispo de Melipilla, conseñor Enrique Troncoso, anunció que la iglesia realizaraña una investigación canónica paralela a la realizada por los tribunales sobre los presuntos abusos sexuales cometidos por el sacerdote de dicha comuna Ricardo Muñoz Quinteros.
Al mismo tiempo el prelado expresó su “estupor” y “desconcierto” y manifestó que “el sacerdote Muñoz queda suspendido de sus funciones ministeriales para facilitar la pronta acción de la justicia. Sin perjuicio de lo anterior, y dada la gravedad de las situaciones que se han divulgado públicamente, abriremos una investigación causa canónica conforme al ordenamiento jurídico particular de la Iglesia”.
La autoridad eclesiática aseveró que la Iglesia “prestará toda su colaboración con las instancias judiciales a las que corresponde esclarecer la verdad de los hechos”. Resaltó que respetarán sus dictámenes de la justicia y precisó que no hay “antecedentes de denuncias o acusaciones formales” en contra de presbítero.
Seguidamente, el prelado resaltó que “en la Iglesia no hay lugar para personas que abusan sexualmente de menores y “la acusación de pedofilia resulta particularmente grave en un clérigo”.
Aprovechó el momento para pedir “perdón” a la comunidad, especialmente a las presuntas víctimas y a sus familiares. “Les expreso mi cercanía, a las comunidades parroquiales donde ha servido (el sacerdote), les manifiesto mi afecto de pastor en un momento de comprensible decepción y desconcierto. Queremos pedir perdón a Dios y a los hermanos”, indicó.
Quinteros, de 55 años, se desempeñaba como párroco de Santa Teresa de Los Andes, de la diócesis de Melipilla, fue detenido ayer por la PDI imputado de cometer abusos sexuales contra al menos tres menores de edad.
El tenía una pareja, Pamela Ampuero Escobar, de 33 años, quien también fue detenida por buscar y contactar a las víctimas. Ambos a las 14:00 horas enfrentan la audiencia de control y formalización en el Juzgado de Garantía de Curacaví.