El presidente hondureño electo, Porfirio Lobo, afirmó este sábado que espera reconstruir las relaciones de Honduras con la comunidad internacional, que mantiene las presiones sobre el gobierno de facto instalado tras el golpe de Estado.
Lobo precisó que espera reconstruir las relaciones con Estados Unidos y los países latinoamericanos “con los que hemos tenido relaciones cordiales”, pero que desconocen al régimen que depuso el 28 de junio al presidente Manuel Zelaya, refugiado desde setiembre en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Adelantó que espera la presencia de todos los países amigos, el 27 de enero, cuando asuma la Presidencia de Honduras por un periodo de cuatro años, precisamente el día en que Zelaya debía concluir su mandato.
“Vamos invitar a todos los países porque con todos los países somos amigos”, declaró Lobo a los periodistas en la terminal aérea de Honduras al retornar de Estados Unidos donde pasó las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
La comunidad internacional desconoce el régimen de facto y sólo Costa Rica, Estados Unidos, Panamá y Perú han reconocido los comicios generales del 29 de noviembre ganados por Lobo con una abstención de más de 50%, según cifras oficiales.
Lobo, un derechista que respaldó el golpe contra Zelaya –condenado unánimemente por la comunidad internacional– dijo que su compromiso con el pueblo hondureño es la conformación de un gobierno de concertación “donde no haya vencedores ni vencidos”.
La crisis política polarizó a la sociedad hondureña, golpeada por la crisis financiera que alcanza 70% de la población, agobiada además por una ola delincuencial que suma un promedio de 12 homicidios diarios.