El gobierno de Barack Obama advirtió este domingo a sus adversarios políticos que no aprovechen el atentado fallido del día de Navidad para criticar las acciones del presidente en la lucha contra el terrorismo.
Tras la tentativa de un joven nigeriano de hacer estallar un avión de Northwest Airlines con 289 personas a bordo el viernes pasado se generó una tormenta política pese a que el equipo de Obama supervisó todas las operaciones necesarias para enfrentar la situación.
Sin embargo el presidente estadounidense, de vacaciones navideñas en Hawai desde el jueves, evitó aparecer en televisión, procurando evitar toda ganancia política y generar pánico.
“El presidente está profundamente convencido de que esta cuestión no debe ser politizada”, declaró el domingo a la cadena NBC el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.
“Esto no debería ser un motivo de enfrentamiento entre ambos bandos”, dijo en alusión a los republicanos.
Sus adversarios políticos los acusaron de no dar una respuesta bastante firme a la amenaza del terrorismo islámico.
El representante republicano Peter King consideró que no era necesario que Obama se precipite este fin de semana delante de las cámaras de televisión, pero lo exhortó sin embargo a calmar a los estadounidenses.
Obama participó en una reunión durante la mañana del domingo pasado con los principales responsables de la seguridad nacional, precisó la Casa Blanca en su último comunicado.
Allí pidió la reevaluación de los procedimientos de seguridad para identificar a los potenciales terroristas e impedir el uso de explosivos a bordo de los aviones de línea, precisó su portavoz.
Al final de la reunión, Obama sacó provecho de Hawai, su tierra natal, para hacer gimnasia. También planeaba jugar al básquetbol.