Una tormenta de nieve, la mayor en décadas, cubrió de blanco gran parte del este de Estados Unidos este domingo, dejando sin energía eléctrica a cientos de miles de hogares, paralizando el tráfico aéreo y dejando varados a muchos automovilistas.
Los gobernadores de los estados de Virginia, Maryland, Virginia Occidental y Delaware declararon el estado de emergencia en anticipo de la llegada de la tormenta, la mayor en varias décadas.
3 personas murieron en las carreteras de Virgina el sábado, en un contexto de cerca de 3 mil accidentes, que cerraron las rutas interestatales durante varias horas, según las autoridades. Además, el Departamento de Salud de Virginia confirmó otra muerte relacionada con la tormenta.
Cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad en sus hogares en Virgina Occidental, Tennessee, Kentucky, Virginia y Carolina del Norte.
Lo más duro de la tormenta ya superó Washington al alejarse en dirección noreste, pero muchos caminos seguían cubiertos de nieve en esta ciudad desacostumbrada a tal volumen de nieve a esta altura del año.
Sólo quedaban ráfagas aisladas tras la caía de nieve que batió el récord de 1932 para el mes de diciembre, con 40 centímetros cubriendo calles y casas. También fue una de las tormentas más fuertes en azotar la capital desde que comenzaron los registros en 1885.
El servicio se reanudó lentamente en los principales aeropuertos de los alrededores de la capital, luego de que cientos de vuelos fueran cancelados el sábado, dejando a miles de pasajeros varados en uno de los fines de semana del año más concurridos por los viajeros.
Pero el servicio de autobuses se mantenía suspendido y los trenes brindaban un servicio limitado. Durante la noche del sábado se utilizaron trenes de gran potencia para remover el hielo en secciones congeladas de las vías.
“Por ahora, la decisión responsable es limitar el servicio hasta que las condiciones sean seguras para nuestros clientes y empleados”, dijo el gerente general del sistema de metro, John Catoe.
La masiva tormenta afectó a un cuarto de la población de Estados Unidos, a través de una docena de estados.
Gran parte de la costa Este, hogar de decenas de millones de estadounidenses, se convirtió en un país de las maravillas invernal, con la región transformada en un lugar tan peligroso como panorámico.
La ciudad de Baltimore se cubrió con 51 centímetros de nieve, en tanto Filadelfia recibió 58 centímetros y Nueva York 36. Más al norte, Boston enfrentaba un destino similiar.
Con un blanco casi total en las calles, muchos residentes se quedaron en sus casas y los centros comerciales se mantuvieron cerrados o cerraron más temprano el sábado, una fecha previa a la Navidad que suele dejar 15.000 millones de dólares anuales en compras de todo el país.
La mayoría de las iglesias también se mantuvieron cerradas, al igual que museos y escuelas.