Cuba compró alimentos por unos 1.500 millones de dólares en 2009, año durante el que el gobierno enfrentó una crisis de liquidez e impulsó un programa de sustitución de importaciones y entrega de tierras ociosas para aumentar la producción agrícola, según informes oficiales.
“La directiva de nuestro país es garantizar el problema de alimentación, y en correspondencia con eso se han introducido algunos recursos, se ha motivado a los trabajadores, se ha entregado tierras”, declaró a periodistas el ministro de Agricultura, Ulises Rosales.
El funcionario, quien participa este domingo en la sesión del Parlamento, destacó que la agricultura creció un 4,5% en 2009, debido principalmente a la entrega de tierras ociosas a campesinos, unas 900.000 hectáreas a 100.000 nuevos productores.
“Hemos entregado un poco más del 50% de la tierra que teníamos en el país para repartir, esto está en proceso y debe ser con eficiencia”, afirmó Rosales, al comentar que el proceso continuará en 2010.
Rosales comentó que el reparto de terrenos es lento, pues un proceso masivo “requiere ser profesional y técnico” para evitar errores, desvíos y otros problemas.
El Estado controla alrededor de un 95% de la economía en Cuba y el programa no cambia la propiedad, pero sí la tenencia de la tierra.
Cuba invirtió en 2008 unos 2.500 millones de dólares en importar alimentos, unos 800 millones desde Estados Unidos en virtud de una excepción que se aplica desde 2001 al embargo impuesto a la isla en 1962.
Cerca del 80% de la canasta básica -alimentos subsidiados- es de importación, lo que llevó al Gobierno de Raúl Castro a aplicar una política de estímulo a la producción nacional, ante la imposibilidad financiera de sostener esas compras.
La economía cubana registró un crecimiento económico de 1,4% en 2009, muy por debajo del 6% previsto. Las inversiones disminuyeron un 16%, las exportaciones de bienes y servicios decrecieron un 22,9% y las importaciones en 37,4%.