El papa Benedicto XVI aceptó la renuncia del obispo irlandés de Limerick, Donal Murray, acusado de haber mantenido una conducta “imperdonable” al encubrir las denuncias de abusos sexuales a niños cometidos por curas católicos, indicó este jueves el Vaticano.
Un informe elaborado por una comisión presidida por la juez Yvonne Murphy concluyó en noviembre, luego de 3 años de investigaciones, que los responsables de la arquidiócesis de Dublín protegieron a los autores de los abusos y no los señalaron a la policía durante más de tres décadas.
El pasado 11 de diciembre, el Papa se reunió con las mayores autoridades de la iglesia Católica irlandesa así como autoridades de la Curia romana para evaluar el caso.
Al término de la reunión, el Papa condenó tales “crímenes abominables” y prometió indagar y tomar medidas por el encubrimiento de las autoridades eclesiásticas.
La nota del Vaticano no precisa las razones de la renuncia.
Los obispos irlandeses pidieron públicamente “perdón” a las víctimas y lamentaron los errores cometidos al encubrir los hechos.
En Irlanda hay una presión creciente para que dimitan los obispos y otras autoridades eclesiásticas mencionadas negativamente en el informe.
Varios escándalos por sacerdotes pedófilos han estallado en diversos países y en particular en Estados Unidos, donde se puso al descubierto en el 2002 que entre 4.000 y 5.000 sacerdotes abusaron sexualmente de unos 14.000 niños y adolescentes durante décadas.