Los países desarrollados y emergentes mantuvieron serios roces el viernes en torno al primer borrador de acuerdo de la cumbre sobre el clima de Copenhague, donde Estados Unidos pidió más esfuerzos a las grandes economías emergentes y China exigió soluciones a largo plazo.
China, el mayor país contaminante, y Estados Unidos, el segundo, manifestaron sus diferencias en declaraciones que parecen anunciar feroces negociaciones hasta que termine la Conferencia de la ONU sobre el Clima en la capital danesa, el 18 de diciembre.
La Unión Europea anunció el viernes una ayuda de 7.200 millones de euros (10.000 millones de dólares) entre 2010 y 2012 para que los países pobres enfrenten el cambio climático, con la esperanza de animar a Estados Unidos a seguir la misma senda y arrancar un ambicioso acuerdo en Copenhague.
Este viernes se presentó un borrador oficial de acuerdo mundial sobre el clima. Dicho texto, que fue obtenido por la AFP, prevé limitar el aumento de la temperatura del planeta en 1,5º C o 2,0º C.
También prevé un segundo período de compromiso bajo el Protocolo de Kioto, boicoteado por Estados Unidos. Pero es vago en lo que respecta a la financiación, y tampoco señala una fecha límite para concluir un tratado legalmente vinculante, dos temas cruciales en la negociación.
Analistas subrayaron que este borrador señala las posiciones rivales de 3 bloques diferentes: países pobres altamente vulnerables, grandes economías emergentes y naciones ricas.
Este documento será presentado a los ministros de Medio Ambiente de todo el mundo, para tratar de que sea ratificado en una cumbre el 18 de diciembre a la cual asistirán más de 110 líderes.
Estados Unidos cuestionó el proyecto de acuerdo contra el calentamiento presentado el viernes en la Conferencia de Copenhague, considerando que no exige suficientes esfuerzos a los grandes países en vías de desarrollo, según Todd Stern, enviado especial sobre el clima.
“En muchos sentidos, el texto es un paso constructivo, sin embargo, Estados Unidos no considera la atenuación como una base para la negociación”, afirmó Stern.
No se presiona en forma suficiente a las grandes economías emergentes para que reduzcan sus emisiones de carbono, y esto hace que dicho texto sea “desequilibrado en ese punto específico”, sostuvo el jefe de los negociadores norteamericanos en una conferencia de prensa.
China también manifestó su desacuerdo con este borrador. Una financiación a corto plazo para ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente al calentamiento climático no es la respuesta, afirmó el viernes en Copenhague el viceministro chino de Relaciones Exteriores, He Yafei, después del anuncio de la UE en Bruselas.
“Para los países desarrollados es relativamente fácil presentar cifras para el corto plazo. ¿Pero qué haremos dentro de 10 años?”, se preguntó.
“Lo más importante sería tener un mecanismo operativo al menos a mediano plazo, garantizando fondos a los países en vías de desarrollo”, opinó.
Si todo sale bien, un acuerdo político en Copenhague sería seguido por reuniones en 2010 bajo la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, integrada por 194 países, para decidir detalles importantes.
El pacto global estaría vigente a partir de 2013, luego de que expiren los compromisos en vigor de acuerdo con el Protocolo de Kioto.
El borrador difundido este viernes fue presentado por el Grupo de Trabajo ad hoc sobre Acción de Cooperación a Largo Plazo, una de las dos vías de negociación durante los 12 días de conversaciones en Copenhague.
El texto incluye varios paréntesis, que ponen en evidencia los desacuerdos.
“Las partes cooperarán para evitar cambios climáticos peligrosos, en mantener los objetivos últimos de la Convención, reconociendo (la opinión científica general) de que el aumento de la temperatura promedio mundial sobre los niveles preindustriales no debe ser superior a (2ºC) (1,5ºC)”, afirma.
La temperatura más baja es apoyada por Estados-islas pequeños y muchas naciones africanas, amenazados por el cambio climático. El objetivo más elevado cuenta con el respaldo de las naciones ricas y los gigantes emergentes como China, India y Brasil.
El borrador deja abiertas 3 metas posibles para una reducción general de las emisiones globales de carbono hacia 2020, en comparación con los niveles de 1990: en 50%, en 80% y en 95%.
Los países industrializados son favorables al objetivo de 50%, mientras que las grandes economías emergentes, dirigidas por China, se resisten, a menos que los países ricos asuman la casi totalidad del peso financiero.