Una jueza argentina suspendió este lunes la primera boda entre personas del mismo sexo prevista para el martes en Buenos Aires, al acoger un amparo de un particular, según el fallo al que tuvo acceso la AFP.
La jueza Martha Gómez Alsina dispuso “una medida provisoria hasta tanto se resuelva el fondo de un reclamo” contra un fallo previo que consideró “inconstitucionales” dos artículos del Código Civil que establecen que “para contraer matrimonio es necesario el consentimiento de dos personas de distinto sexo”, según el más reciente fallo.
La primera boda civil de América latina entre personas del mismo sexo se iba a celebrar el martes en Buenos Aires en medio de una gran expectativa de medios de prensa locales e internacionales.
La magistrada aseguró que el fallo no constituye “discriminación alguna hacia la cohabitación de personas homosexuales” y considera que a las parejas del mismo sexo la ley “les confiere la opción de celebrar la unión civil”.
Hace 2 semanas, un fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo Gabriela Seijas había ordenado al Registro Civil que celebre el casamiento de Alejandro Freyre, de 39 años, y José María Di Bello, de 41, a quienes una oficina de ese organismo les había negado una fecha para la boda por tratarse de hombres.
Gómez Alsina consideró que un juez del ámbito Contencioso Administrativo carece de competencia para abordar cuestiones del fuero civil como la declaración de inconstitucionalidad de los artículos del Código Civil que impiden el casamiento entre personas del mismo sexo.
“Pese a la suspensión, nos presentaremos en el Registro Civil a la misma hora que estaba prevista la ceremonia” para rechazar la decisión de la jueza, dijo a la AFP Esteban Paulon, secretario de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT).
Paulon añadió que también insistirán en que el Parlamento apruebe este año una reforma al Código Civil para autorizar las bodas entre personas del mismo sexo, cambiando las palabras “marido y mujer” por “contrayentes”.
Antes de la decisión de la jueza, Alejandro Freyre, un activo militante del movimiento gay, había dicho a la AFP que “nuestra boda es la ilusión de miles de parejas argentinas” que no tienen este derecho.
La autorización para la boda había multiplicado el interés de las parejas del mismo sexo en obtener el reconocimiento judicial a través de la preparación de cientos de amparos, similar al que presentaron Freyre y Di Bello.
María Rachid, titular de LGBT, dijo que también se intenta que Argentina reconozca los matrimonios entre personas del mismo sexo que se celebraron en países que admiten estas uniones, como Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica y Noruega.
Más de un centenar de medios de prensa estaban acreditados para la ceremonia suspendida, incluidos enviados de Inglaterra, Holanda, Estados Unidos, Canadá, España, Colombia y Perú, dijo a la AFP una fuente de esa organización.