Al igual que en la especie humana, en el mundo marítimo también se cuenta con una herramienta que permite contabilizar y conocer más a este entorno. Estos estudios se llevan a cabo por El Censo de la Vida Marina (CVM), que es una red global de investigadores de más de 80 países distintos, que se reúnen en una iniciativa científica que ya lleva diez años en la búsqueda de evaluar y explicar la diversidad, distribución y abundancia de la vida en los océanos.
En este último estudio realizado por los científicos que componen este equipo, se identificó más de 17.500 especies revelando que la diversidad de las profundidades del mar es muchísimo mayor de lo esperado. Una de las especies que más llamó la atención es una medusa tan larga como una ballena azul.
Los resultados de esta última investigación serán presentados en 2010, a través de un listado exhaustivo de la vida oceánica, que será el primero de este tipo a nivel mundial.
En este catálogo se incluirán medusas luminosas y otras criaturas gelatinosas que los expertos han calificado como octópodos “dumbos”, ya que se impulsan moviendo 2 grandes aletas que parecen orejas.
Robert Carney, que forma parte del equipo de investigadores, señaló a la BBC que la mayoría de estas especies no se habían visto antes, ya que habitan a más de 5 kilómetros de la superficie, es decir, se trata de un lugar inaccesible para cualquier humano que descienda sin protección, en aguas heladas donde apenas llega la luz del sol.
A raíz de su lejana ubicación y a que las plantas no pueden crecer a tal profundidad, un gran número de especies se ha adaptado a sobrevivir a partir del metano o el aceite.
Los estudios también revelaron la presencia de lodo en el suelo que contaba con corales, estrellas de mar y cangrejos.
“Para sobrevivir a esta profundidad, los animales deben encontrar y explotar unos recursos muy escasos. La enorme variedad refleja todas las maneras en que se han adaptado”, aseguró Carney.
Los científicos se han ayudado en la expedición de máquinas especiales como robots sumergibles, taladradoras y redes de arrastre.
Este proyecto, que tiene previsto terminar en octubre del próximo año, es el estudio más completo hasta la fecha sobre el entorno oceánico del mundo.