Los líderes de la Unión Europea (UE) mantienen este jueves una cumbre en Bruselas con el objetivo de superar sus divisiones y designar a su primer presidente y al jefe de su diplomacia, dos cargos para los que hay demasiados candidatos y ningún claro favorito.

Ante la falta de consenso, las negociaciones entre bastidores se intensificaron en las horas previas a la apertura de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, acordaron reunirse poco antes, oficialmente para departir sobre la próxima conferencia sobre el cambio climático en Copenhague.

Fuentes diplomáticas españolas explicaron a la AFP que el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se encontrará con sus homólogos socialistas de la UE en la embajada austríaca, sin precisar con qué fin.

Los líderes europeos se preparan para una cumbre que podría ser muy larga y de negociaciones arduas.

“¿Contaremos con los nuevos rostros de Europa el jueves por la noche? Francamente, no lo sé. Quizás se resuelve en unas horas, quizás se necesite toda la noche”, admitió el miércoles el primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, constatando el fracaso de las negociaciones que lideró en los últimos días, colgado al teléfono con sus socios.

Una veintena de nombres circulan para ocupar la presidencia y el puesto de Alto Representante diplomático, dos puestos previstos por el Tratado de Lisboa que entrará en vigor en diciembre para reforzar el peso de la UE en el mundo y mejorar la eficacia de sus colosales instituciones.

El nombre del primer ministro belga, Herman Van Rompuy, sigue sonando con fuerza para convertirse en el primer presidente estable de la UE, frente, entre otros, el luxemburgués Jean-Claude Juncker y el británico Tony Blair, defendido a capa y espada por Londres.

La candidatura de la ex presidenta letona Vaira Vike-Freiberga, que el jueves prometió ofrecer un “rostro humano” a la UE, ganó puntos en los últimos días gracias a los llamamientos para designar a una mujer en uno de los cargos.

Como jefe de la diplomacia europea, un puesto que ya existe pero al que se dotará de prerrogativas reforzadas, algunos insisten en colocar al británico David Miliband, pese a que éste abandonó la carrera, pero el principal nombre barajado es el del italiano Massimo D’Alema.

El español Miguel Angel Moratinos, que insiste en que no es candidato, también es mencionado en los pasillos de Bruselas.

Según el diario El País, que cita a fuentes en Madrid, Francia apoyaría el nombramiento del ministro español de Asuntos Exteriores.

Las dos nuevas figuras que emergerán de las negociaciones estarán llamadas a dar una voz y un rostro al bloque de 27 países que representan a unos 500 millones de personas.

Con un mandato de dos años y medio, renovable una vez, el presidente y su Alto Representante deberán reforzar la influencia de la UE en el mundo, aunque algunos responsables temen que la elección de los líderes no esté a la altura.

“Hay una especie de inquietud de que algunos líderes tiendan a una solución de mínimos sobre la cuestión del presidente, lo que reduciría las posibilidades de tener una voz clara en el mundo”, previno el ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt.

Para el International Herald Tribune, varios candidatos carecen de experiencia internacional “lo que sugiere que el bloque podría rebajar el objetivo principal del Tratado de Lisboa: convertirse en una fuerza poderosa capaz de mantenerse frente a frente con Estados Unidos o China”.

El diario estima que los jefes de Estado y de gobierno habrían decidido recortar el perfil de los cargos para evitar nombrar a figuras que puedan hacerles sombra.