El gobierno de Perú entregó este miércoles a Chile las pruebas de que un suboficial peruano, capturado la semana pasada en Lima, espió para ese país, al tiempo que dejó claro que tomará medidas si Santiago no realiza las investigaciones correspondientes sobre el caso.
Un diplomático entregó al encargado de negocios de Chile en Lima un voluminoso expediente judicial con las pruebas de que el suboficial espiaba para ese país, dijo el canciller peruano, José Antonio García Belaunde.
“El embajador Javier León, subsecretario de las Américas de la cancillería peruana, entregó al encargado de negocios en Chile, Andrés Barbé, la documentación” que prueba el espionaje del suboficial de la fuerza aérea peruana Víctor Ariza a favor de Chile, dijo el canciller.
La víspera la Fiscalía peruana había entregado al canciller 2.000 páginas de sustentación del caso, descubierto a raíz de la captura el jueves del suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP), Víctor Ariza, quien confesó haber espiado para Chile.
Previamente, García Belaunde había señalado que si Chile no investiga el caso será necesario “evaluar el conjunto de las relaciones. Espero que esa actitud cambie. A ambos países nos conviene una relación fluida”.
El jefe de la diplomacia peruana ha insistido en varias ocasiones que las pruebas “son contundentes” y muestran que Ariza enviaba información a una computadora en ese país y recibía desde Santiago 3.000 dólares mensuales.
El presidente Alan García se refirió este miércoles al caso de una manera burlona, durante la inauguración de un hospital en Lima.
“Nuestro país crece y por eso nos ven con envidia y por eso nos espían”, dijo el mandatario.
Luego afirmó que ser espiado era “un homenaje al Perú” y que “sólo el que se siente débil vive espiando”, en un tono que generó la molestia de Santiago.
“Hay un estilo de lenguaje que la jefatura de Estado de Chile estima perfectamente inconveniente de contestar”, dijo el canciller chileno, Mariano Fernández.
“Si el Perú nos hace llegar los antecedentes, por supuesto que responderemos adecuadamente”, añadió.
La presidenta Michelle Bachelet también había considerado “ofensivas y altisonantes” unas declaraciones previas de García calificando la práctica de espionaje como “repulsiva”, y llamando a Chile “republiqueta”.
En Santiago, el candidato presidencial oficialista Eduardo Frei, acusó al gobierno de Perú de desplegar un “excesivo patriotismo”. “Conducir la política exterior en base al conflicto y la descalificación es inoportuno, innecesario e irreflexivo”, dijo.
En Lima los principales dirigentes políticos de todas tendencias, atendieron el llamado del presidente García a la unidad nacional, y se reunieron con el mandatario para rubricar dicha unidad.
Mientras tanto el espía Ariza dijo estar arrepentido y pidió disculpas a su país y a García, según su abogado Walter Chinchay.
“Los peruanos se sienten mal por lo que he hecho, me encuentro totalmente arrepentido, le pido disculpas a mi familia, a mi patria, al Estado y al presidente”, dijo Ariza en una declaración leída por su defensor.
“Cometí un error y lo acepto”, le indicó Ariza a Chinchay en la prisión de alta seguridad de Piedras Gordas, 30 km al norte de Lima, donde se encuentra.
La compleja relación entre Chile y Perú está llena de malos entendidos y suspicacias, salpicada por frecuentes denuncias de Lima por el armamentismo de su vecino por un diferendo marítimo que el gobierno de Santiago no reconoce.
En 2008 Perú presentó ante la Corte de La Haya una demanda para que se reconozcan sus derechos sobre unos 67.000 km2 sobre los cuales Chile ejerce dominio en el océano Pacífico.
Chile -que considera esa área delimitada desde 1952 y que por tanto no hay diferendo- presentará ante La Haya sus argumentos antes de marzo próximo.