A 3 días de que los líderes europeos anuncien los nombres del nuevo presidente estable y del jefe de la diplomacia de la UE, la carrera seguía este lunes abierta y crecía la presión por que uno de los 2 puestos esté ocupado por una mujer.
“Estamos a lunes, todavía quedan tres días”, declaró el ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE), al llegar a una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas.
Los jefes de Estado y de gobierno del bloque se encontrarán el jueves en una cumbre extraordinaria en la capital belga para designar al primer presidente estable que tendrá la UE y al Alto Representante de Relaciones Exteriores, un puesto que ya existe pero que renacerá con unas prerrogativas reforzadas.
Cada vez son más estentóreos los llamamientos para que uno de los dos puestos recaiga en manos de una mujer.
“Siempre estoy a favor de la paridad, creo que las mujeres cualificadas deben estar allí y esto también vale para los puestos europeos dirigentes”, declaró la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner.
Varias responsables europeas, entre éstas la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, la vicepresidenta de la Comisión, Margot Wallstroem, y la número dos del Europarlamento, Diana Wallis, lanzaron un llamamiento común en este sentido en una carta publicada este lunes por el Financial Times.
“Es hora de transformar las palabras en actos, nombrando a mujeres a la cabeza de funciones dirigentes en la UE”, escribieron.
La ex presidenta letona Vaira Vike-Freiberga entró en la carrera por presidir el bloque, aunque por ahora es un hombre, el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, quien es considerado favorito.
Para el puesto de Alto Representante, el nombre del italiano Massimo D’Alema cobra fuerza en los pasillos comunitarios, tras la retirada del británico David Miliband.