Con apuestas bastante creativas de los 4 candidatos presidenciales, se estrenó la primera jornada de la franja electoral televisiva. El espacio estuvo marcado por un espíritu positivo, lleno de humor y sin grandes confrontaciones como las exhibidas durante los anteriores debates.
Grado 1, 2 y 3, fue Roberto “Rumpy” Artiagoitia, el encargado de abrir ésta, la primera jornada de la franja electoral. Con una propuesta fresca y muy creativa, el candidato del Juntos Podemos, Jorge Arrate, jugó con distintos recursos. Mezcló la sátira política, algo caricaturesca, con su imagen de político maduro, pero con ideas, como vértice de su campaña.
Más pausado que de costumbre en su hablar, rodeado de multitudes, en terreno corriendo de un lado a otro y hasta recibiendo cachetadas, Marco Enríquez-Ominami, muestra la popularidad que ha alcanzado su campaña. Un espacio especial, tuvo su mujer y sus hijas, fotografías de su matrimonio, y parte de las actividades que han emprendido juntos durante la carrera presidencial.
Con un recorrido musical a lo largo de Chile, el candidato de la Oposición, Sebastián Piñera, ratificó la idea del “cambio” y de Gobierno de unidad nacional. En pasajes mostró una faceta más distendida, hablando desde un auto en movimiento, dando tintes de cercanía y humanidad, finalizando con un “viva Chile” ante las miles de personas que llegaron hasta su acto de campaña en Movistar Arena.
Con inusitada generosidad y apelando al factor humano, el candidato de la Concertación, Eduardo Frei, comenzó su franja con la historia de una madre adolescente que debió luchar para terminar sus estudios secundarios. A diferencia del resto de los candidatos, éste prácticamente aparece sólo unos segundos cuando una mujer le pregunta por qué debe votar por él y no por Enríquez-Ominami. Guiños a Michelle Bachelet y la promesa de ampliar la red de protección social a la clase media fueron parte de su espacio.
Así finalizó la esta primera jornada, propuestas diversas, que ponen énfasis en la propuestas desde una perspectiva positiva, dejando atrás los ataques frontales mostrados durante los debates presidenciales.