Por más de 10 años los vecinos de la villa Juan Riquelme Garay, ubicada a la altura del peaje Chaimávida en la Región del Bío-Bío, han tenido que soportar las constantes molestias de enfrentarse día a día a un peaje clandestino que tiene divididos a los habitantes del lugar. Lo único que piden es que se cierre el paso ilegal.
El informe es de Óscar Valenzuela de Radio Bío-Bío Concepción
Un peaje clandestino tiene divididos a los vecinos desde hace más de 10 años. Claramente el camino vecinal no cumple con las condiciones para que cientos de vehículos transiten al día pagando una suma que va entre $500 y $800. El camino es de tierra, lleno de altos y bajos, es decir, en muy malas condiciones.
El riesgo de accidentes es latente, más aún si los autos transitan a gran velocidad. A lo que se suma que también pasan por el lugar camiones de alto tonelaje.
Los vecinos ya están cansados, especialmente cuando se han registrado atropellos y agresiones por parte de quienes cobran el peaje ilegal. Es por eso que una de las personas que se sienten afectadas, Margarita García, señala que han enviado cartas y solicitudes a las autoridades pero reciben respuesta.
El problema no sólo es el riesgo de accidentes, sino que también el mal vivir. El barro del invierno y el polvo del verano, debido al constante transitar de automovilistas que sin empachos evaden el peaje Chaimávida, afecta a los residentes.
Además, significa un riesgo para los propios automovilistas, cruzar la carretera cuando llegan a Concepción, incluso se han registrado accidentes.
Sin duda, nadie quiere que se repita el hecho de 1998, donde una pequeña, de tan sólo 1 año de vida murió atropellada en el paso clandestino.