Los 9 países de América Latina y el Caribe que integran el ALBA, con un PIB anual combinado de unos 540.000 millones de dólares, adoptaron este viernes el Sucre, una moneda intrarregional cuya implementación genera dudas en medios económicos.

Fuente: Agencia AFP | Imagen: Tinku.org

Sucre

La VII Cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas) aprobó este viernes el tratado que constituye el Sistema Unico de Compensación Regional (Sucre) para las operaciones de comercio exterior entre los países miembros.

Posterior a las deliberaciones de los ministros de Economía del Alba, se firmó el acuerdo que implica que se abandona el dólar estadounidense en los intercambios entre los 9 países.

Tras su implementación, que será gradual, los países del Alba pretenden aplicar posteriormente, aunque también sin fecha, una moneda común, al igual que el euro en Europa.

Para que entre en vigencia el Sucre, los países miembros deberán hacer depósitos en sus respectivas monedas locales en el Banco del Alba que tiene su sede en Caracas, según lo acordado.

El Sucre “es un paso a nuestra soberanía monetaria para liberarnos de la dictadura del dólar, que el imperio yanqui le impuso al mundo”, señaló el presidente venezolano, Hugo Chávez.

La iniciativa partió en noviembre pasado, en plena crisis internacional, y fue liderada por el propio Chávez.

El ALBA está integrado por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Cuba, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda.

Chávez ha invitado a otros países -como Argentina y todas las naciones centroamericanas- a esta iniciativa, mientras que el presidente de Ecuador, Rafael Correa se refirió al Sucre como un elemento importante de la “nueva arquitectura financiera regional”.

El viceministro de Exportaciones y Comercio Interno boliviano, Huáscar Ajata, explicó recientemente que con el Sucre “ganamos en soberanía económica y monetaria, ya que realizaríamos las transacciones mediante un medio de compensación propio”.

Pero la medida ha generado fuertes críticas en sectores empresarios y de derecha.

El ex presidente boliviano Jorge Quiroga, crítico acérrimo del actual mandatario, Evo Morales, señaló que la idea de crear el Sucre es un exabrupto.

“Les aseguro que va a erosionar enormemente la confianza en la moneda boliviana ahora y a futuro, al entrar en esa clase de aventuras con países que no tenemos relación comercial, que tienen políticas cambiarias insostenibles”, señaló Quiroga.

Dijo que en naciones con poco comercio entre ellos y “muy inestables, como Venezuela, en su régimen cambiario y dolarizados (Ecuador), es que es absolutamente inviable, demencial, desquiciado el contemplar o buscar una moneda regional”.

En Managua los empresarios nicaragüenses desestimaron también la adopción del Sucre.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, señaló que las exportaciones de Nicaragua en un 90% van al mercado donde “prevalece la divisa dólar” como Estados Unidos, México, Centroamérica y Europa.

“Nuestro esfuerzo va a continuar en colocar los productos (nicaragüenses) en estos mercados y va a seguir prevaleciendo el dólar”, dijo Aguerri.

En Quito el secretario del privado Observatorio de Política Fiscal de Ecuador, Jaime Carrera, dijo a la AFP que la aplicación del Sucre entre los países del Alba “entorpecerá el comercio en virtud de que el cruce de cuentas se realizará a través de los bancos centrales”.

Y “en el caso de Ecuador, habría incertidumbre al creerse que sería una medida camino a la desdolarización de la economía”, indicó.

El ALBA fue creada en 2004 por Cuba y Venezuela para contrarrestar al Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que por entonces impulsaba Estados Unidos para su comercio con América Latina.