El presidente checo, Vaclav Klaus, dijo este miércoles que estaba decidido a mantener sus objeciones contra el Tratado de Lisboa, pese a la creciente presión de los demás líderes de la Unión Europea (UE) para que lo firme.
Fuente: Agencia AFP
“He explicado que temo, y no soy el único en temer, una profundización de la integración de la Unión Europea”, dijo Klaus en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso Dimitri Medvedev en Bavija, cerca de Moscú.
Klaus agregó que para él se trata de algo de importancia vital. “En mi opinión, las condiciones que he puesto para firmar el acuerdo son serias y la idea de que puedo descartarlas son infundadas”, manifestó.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, exhortó el martes al jefe de Estado checo a “cumplir con sus obligaciones” firmando el Tratado de Lisboa y a no inventar “obstáculos artificiales”.
El Tratado, llamado a mejorar el funcionamiento de la UE, fue ratificado por los parlamentos nacionales o en referéndum en los 27 países miembros.
Su entrada en vigor sólo depende ahora de la firma del euroescéptico Klaus, quien amenaza con bloquear todo el proceso si no obtiene ciertas garantías para su país.
El mandatario condiciona en particular la firma del Tratado a una derogación que garantice que los alemanes expulsados de las fronteras de la actual República Checa tras la Segunda Guerra Mundial no podrán reclamar sus bienes confiscados en aquella época.
Klaus presentó sus demandas la semana pasada, pocos días después de que los irlandeses aprobaran en referéndum el Tratado de Lisboa, haciendo pensar a los dirigentes europeos que por fin se había despejado la vía para la entrada en vigor del texto después de muchos meses de complicaciones.