Más de medio millón de cubanos se alistan para cantar y bailar el domingo con Juanes en la Plaza de la Revolución de La Habana, en un concierto por la paz, que no obstante calentó la guerra ideológica entre la Cuba comunista y el exilio anticastrista de Estado Unidos.
Corazón político de la isla, la explanada parecía este viernes un hormiguero de constructores y técnicos que levantan aceleradamente el escenario donde Juanes y otros 14 artistas extranjeros y cubanos darán el muy sonado “Concierto Paz sin Fronteras”.
“Este concierto es un gesto humanitario. Necesitamos fomentar la esperanza y el sueño. El arte tiene que ser un arma poderosa de paz, por encima de diferencias”, dijo la estrella colombiana en Madrid, poco antes de emprender viaje rumbo a La Habana.
Máximo ganador en la historia de los Latin Grammy con 17 premios, el autor de “La camisa negra” convocó a sus fans a llegar vestidos de blanco, como símbolo de paz, al espectáculo gratuito que, sostiene, “no tendrá mensaje político de ninguna índole”.
Pero a 140 km de las costas cubanas, una enardecida comunidad en el exilio en Miami, que rompió a martillazo limpio los premiados CD “Mi sangre”o “La vida es un ratico”, le reprocha cantar junto a Silvio Rodríguez, trovador ícono de la revolución, le grita “Juanes comunista” y lo acusa de cambiar la camiseta negra por la roja.
Los ánimos se caldearon a tal punto que Juanes recibió amenazas de muerte en Miami, donde vive con su esposa, sus 2 niñas y su recién nacido varón.
Juanes y sus invitados, entre los que destacan Miguel Bosé y Víctor Manuel de España o la puertorriqueña Olga Tañón, creen el concierto ayudará a la reconciliación entre Miami y La Habana, y tenderá puentes entre Cuba y Estados Unidos, sin relaciones diplomáticas desde que hace medio siglo triunfó la revolución de Fidel Castro.
Más de 160 periodistas extranjeros desembarcan en La Habana atraídos por la polémica y varios canales de televisión y sitios de internet transmitirán en vivo el espectáculo, que como ingrediente fundamental tiene la Plaza en la que Castro lanzó encendidos discursos contra “el imperio” ante más de un millón de personas.
“Estos mercenarios, poquísimos por cierto (…) buscan boicotear el concierto y ganar notoriedad”, dijo el viceministro de Cultura, Abel Acosta, quien acusó a los opositores de tener “una conexión muy clara” con “el núcleo fascista de Miami”.
De arte es de lo que menos se ha hablado, pero La Habana está “embullada” mientras terminan de montarse en la Plaza de la Revolución el enorme equipo traído para el concierto desde el propio Miami. (AFP)