Representantes de grandes religiones mundiales, que participan en Polonia a un congreso internacional e interreligioso sobre la paz, rindieron homenaje el martes a las víctimas del antiguo campo de exterminación nazi de Auschwitz Birkenau.
Los dignatarios depositaron flores a los pies del “muro de los fusilados” y observaron un minuto de silencio en este lugar símbolo de la exterminación de judíos para la Alemania nazi, y de sufrimientos de diferentes pueblos de Europa.
Luego participaron a una larga marcha junto a la vía férrea por la que fueron transportados los prisioneros al campo.
Un oficio ecuménico cerró las ceremonias en el lugar en el que la Alemania nazi exterminó a unas 1,1 millones de personas, un millón de ellas judíos, entre 1940 y 1945.
“Estamos aquí para prometernos mutuamente, para prometer a nuestros hijos, a las futuras generaciones, que no olvidaremos nunca y haremos todo lo posible para que tal horror no se repita en ningún lugar del mundo”, declaró el antiguo gran rabino asquenazí de Israel, Meir Lay, citado por la agencia polaca PAP.
“Nos une una aspiración por la paz, por la inquietud de ver este lugar recordarnos que los que ocurrió hace 70 años es inadmisible”, declaró por su parte en la televisión privada TVN24 el cardinal Stanislaw Dziwisz.
Organizado a iniciativa de la comunidad de Sant’Egidio y de monseñor Dziwisz, antiguo amigo y secretario personal de Juan Pablo II, el congreso reunido desde el domingo en Cracovia (sur) un millar de participantes, para rezar y debatir sobre la paz en el mundo 70 años tras el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.
(AFP).