Al menos 21 civiles que se dirigían a una boda murieron en el sur de Afganistán al estallar una bomba en una carretera.
La explosión ocurrió en la provincia sureña de Helmand, una de las más inestables y peligrosas del país, cuando un remolque tirado por un tractor, medio de transporte común en las zonas rurales de Afganistán, fue alcanzado por una bomba artesanal mientras se dirigía a una boda, informaron fuentes gubernamentales.
El portavoz del Ministerio del Interior, Zemarai Bashary dijo que como resultado del atentado, 21 civiles, en su mayoría niños y mujeres y jóvenes, murieron, y cinco resultaron heridos”, dijo Bashary, que atribuyó el atentado a “terroristas”, aunque aún no hubo ninguna reivindicación.
Las bombas artesanales colocadas al costado de las carreteras son el arma más mortífera de la rebelión afgana liderada por los talibanes, expulsados del poder a finales de 2001 por una intervención militar internacional.
El distrito de Garmsir es un bastión de los insurgentes, que los marines estadounidenses están tratado de expulsar antes de las elecciones presidenciales y provinciales previstas para el 20 de agosto próximo.
Además de este atentado, un soldado estadounidense, cinco policías afganos y dos choferes murieron en varios atentados que incrementaron los temores de que la violencia domine las elecciones, que los talibanes llamaron a boicotear.
Todo esto ocurre mientras el nuevo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, continuaba su visita al país este jueves.
Luego de llegar a Kabul el miércoles, Rasmussen afirmó que haber escogido Afganistán como su primera visita oficial desde que tomara posesión de su nuevo cargo el lunes porque el país es una prioridad para la Alianza Atlántica.