No era el mejor escenario. Además de las dudas que había albergado en ella las pifias en el festival de Coihueco de las que ella misma afirmó haber salido llorando, Javiera Contador subió a la Quinta Vergara en su segunda jornada, tras un excelso show de Andrea Bocelli, con un público hostil que exigía el regreso del italiano.
Sin embargo, el público reaccionó con cariño dándole a la actriz una oportunidad. Y dos. Y tres. No hubo caso. Abrumada por los nervios, Contador no fue capaz de mantener el hilo de su rutina, disparando palabras a las que costaba encontrarles un sentido.
A partir de entonces su actuación se volvió un tira y afloja entre una parte del público que seguía tratando de apoyarla, y otra que pedía directamente su salida con pifias debido a la incoherencia del show.
La recordada intérprete de “Kena Larraín” interrumpió varias veces su número para dar explicaciones o hacer pausas, incluso haciendo un amago de bajarse del escenario.
“Es súper difícil estar acá si no te dan la oportunidad”, se quejó.
Sus fanáticos lograron salvarla una vez más con aplausos, dando paso a una sección de baile que logró relajarla y, por un momento, lograr una conexión con el público.
Cuando nuevamente la presión comenzaba a hacer mella, Contador llamó al equipo de rescate: el resto del elenco protagónico de “Casado con Hijos” se apoderó del escenario y en una reunión que apeló a la nostalgia, logró acallar las pifias y terminar su presentación bailando el “limpiaparabrisas”.
Por último, los animadores también se unieron al equipo de salvataje, recordando parte de la carrera de Contador y despidiéndola, sin entregarle ningún premio.