Con una rutina brillante, el humorista e imitador nacional Stefan Kramer hizo reír de buena gana al público de la Quinta Vergara (en especial a Pancho Saavedra).
Decir que estaba influenciada por el estallido social sería poco. En realidad, la rutina completa fue un resumen de los últimos cuatro meses en Chile. Una sátira en que ningún tema (ni político o rostro) quedó fuera.
Pero llamó la atención un segmento en que detallaba un episodio en particular: cuando dijo que salió a las calles a protestar, con cacerola en mano.
Más allá de ser un componente del guión de su rutina, una foto se reviralizó esta noche, dando cuenta que el artista -al igual que otros- fue parte de las manifestaciones que se iniciaron en octubre.
Mostró un talento innegable, se arriesgó y asumió una clara y definida postura de cara al plebiscito de abril, recalcando a que apuesta por la unidad. Será tema de discusión su alusión a la “primera línea”. Opiniones varias, pero se sabe que Kramer nunca pasa indiferente.