Acaba un nuevo año del Festival de Viña del Mar 2025, el cual contó con seis noches donde pasaron muchas cosas sobre el escenario de la Quinta Vergara. Como en cada versión, la cita viñamarina dejó momentos para recordar, y otros que serán perfectamente olvidables.
En un inicio, se podría decir que Mega y la productora Bizarro fueron por una ‘apuesta segura’, en donde se decidieron por espectáculos probados para un público diverso.
De hecho, Viña 2025 optó por clásicos de la música latina y números reconocidos para el público chileno. En este contexto, puede destacarse que casi todo funcionó.
Otro aspecto positivo fue el regreso del rock al escenario, con Incubus y The Cult, tal como se venía pidiendo hace varios años.
Sin embargo, existieron situaciones polémicas que opacaron, en parte, el evento veraniego, de las cuales probablemente se tome nota.
Lo bueno en Viña 2025: se revalida el humor chileno
Algo sumamente positivo que deja Viña del Mar es reflejar el buen momento que vive el humor chileno, con dos exponentes que sacaron provecho y réditos a futuro: Edo Caroe y Pedro Ruminot.
El primero de ellos llegó por segunda vez a la Quinta Vergara y demostró su madurez, con una rutina amplia y dinámica, aunque no sin generar polémicas de corte político.
Por su lado, Ruminot cerró la comedia de Viña a un gran nivel, haciendo énfasis en un estilo simple pero a la vez muy efectivo: reírse de nuestros propios defectos, como una sociedad chilena “linda e imperfecta”.
Fue la tercera vez de Ruminot en el festival y se notaron sus años de stand up comedy, tan así que incluso se pidió gaviota de platino para él.
Una buena racha para el humor chileno, para un país que precisamente necesita reír.
Por cierto, hay que hacer una mención al gran trabajo de Karen Doggenweiler en la semana. Cumplió con las expectativas.
Lo malo: ningún show musical para la historia
Si bien se trató de un festival correctamente ejecutado, no es descabellado decir que este año no dejó un show que, a priori, pueda ser recordado con el paso del tiempo.
Se siente que faltó un Andrea Bocelli 2024, un Jamiroquai 2018, Franz Ferdinand 2006, Juan Gabriel 1997, Tom Jones 2007, José Luis Rodríguez 1981 o un Elton John 2013.
Eso sí, tampoco se debe ser tan severo con los organizadores, teniendo en cuenta que Mega retomó el festival tras más de dos décadas.
Eso sí, se podría subir algo más la vara para 2026. Con el tiempo ha quedado demostrado que no es necesario traer al ‘artista del momento’ para sorprender a la audiencia.
Lo feo: George Harris y una pelea innecesaria
Sin duda, la fallida rutina de George Harris fue lo ‘feo’ de Viña 2025, con un comediante que generó más discusiones, y sinsabores, que risas en la Quinta Vergara.
Harris se fue de Chile acusando que fue víctima de xenofobia, al igual que el público venezolano que llegó a apoyarlo ese domingo 23 de febrero.
Por su lado, el asistente chileno justificó las pifias asegurando que la rutina había carecido de calidad. Un escándalo que alcanzó niveles internacionales.
Aquello deja en claro una cosa: los comediantes extranjeros siempre serán bienvenidos en Viña (que duda cabe de eso), pero la tarea de ellos siempre será estudiar qué es lo que le gusta al público que consume humor en el festival.
A todas luces, se da por sentado que Harris no cumplió con esto último, optando por la confrontación e incluso denostando a la mujer venezolana.
Nota aparte: el feo gesto de Canal 13 hacia Emilia Dides por la corona de reina festivalera.
¿Qué opinan ustedes? los leemos en los comentarios.